Por Rosanety Barrios
Mucho hemos oído sobre el exceso de gas que existe en el país, con el cual CFE debe lidiar. Esta columna ha tratado de explicar en otras ocasiones que no existen contratos a largo plazo de gas, sino de capacidad; y que los ductos se construyeron para atender la demanda nacional de gas por un plazo razonable. Es una realidad que CFE no construyó plantas de generación. Y ahora, ante la negativa de que sean los privados quienes las construyan, hay una sensación de “exceso de capacidad”. Veamos con datos duros, si esta aseveración tiene o no sustento:
De acuerdo a la información publicada por la Secretaría de Energía, México cuenta con 15 ductos que ingresan gas de los EUA a México[1]. Un error común es sumar la capacidad de esos ductos para estimar la capacidad de importación. Si hacemos eso, el resultado son 14.2 bcfd (ver tabla anexa). Por otro lado, la Energy Information Administration nos informa que nuestro país está importando 6 bcfd de gas natural por esos ductos. En un comparativo simplista, a México le “sobra” más del doble de la capacidad que utiliza.
Para entender cuánta capacidad realmente tiene nuestro país, lo primero que tenemos que hacer es eliminar de la lista los 3 ductos localizados en BC (1 a 3 de la lista anexa). Lo anterior, porque ese sistema es aislado. Es imposible que opere de manera conjunta con el resto del país. Con ello, bajamos de 14 a 11 bcf.
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Ahora, consideremos que una gran cantidad de gasoductos de importación no pueden operar de manera simultánea por limitaciones en los sistemas “aguas abajo”. La tabla anexa los identifica. El resultado es que la capacidad real de importación actual es de 9.3 bcfd.
Nuestra demanda de gas es de ocho bcfd; dos de los cuales aporta Pemex. El resto, como ya se dijo, se importa. Es así que solo tenemos capacidad para atender un crecimiento de 3 bcfd. Y eso, suponiendo que la producción nacional se mantiene al menos estable. De continuar cayendo, el sistema se va a estresar muy pronto. Seguramente no será este año ni el siguiente, pero ocurrirá en un horizonte no mayor a 5 años.
Si esta es la realidad mexicana, la conclusión es que la capacidad es poca. La pregunta es, ¿a quién le toca? ¿A los mexicanos para sus usos industriales y domésticos, así como a los generadores privados para que compitan por la preferencia de los usuarios eléctricos?, ¿o a la empresa del Estado, que quiere utilizarla para re-exportar el gas? Los datos están ahí. Como siempre, la mejor respuesta la tiene usted, amable lector.
[1] https://www.google.com/maps/d/viewer?mid=1uLUYxcpPsDe3VtKzPpsSMYzVk6M&ll=24.39575301261759%2C-102.65732801827147&z=6