A lo largo de 2019, hemos escuchado que la energía renovable cuesta mucho a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). También hemos escuchado, en tono de queja, que muchas veces las plantas de la CFE se “quedan paradas” para permitir la entrada de la energía renovable. Este espacio está dedicado a los principios del despacho eléctrico que explican este comportamiento.
Los invito a revisar la gráfica anexa. Ahí se muestra el dato público del costo de generación por tecnología. Como se aprecia, el costo de la energía renovable adquirida en subastas es, por mucho, el más bajo de todos. Es verdad que las primeras plantas en entrar al despacho eléctrico son las renovables. Esto ocurre porque sus costos son mucho menores a otras plantas. Cada energía tiene un costo de generación, pero el precio al que se paga la energía cada día de despacho es distinto. Ese precio es el costo de la energía más cara, o el precio marginal.
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Para entenderlo, pensemos que la demanda eléctrica de una región es una canasta de fruta y debe llenarse todos los días. Ese día llegan al mercado vendedores de distintas frutas con diferentes precios. Empezamos por comprar la más barata, pero la canasta no se ha llenado; seguimos comprando una más cara, que también se acaba, hasta que tenemos que comprar la fruta más cara de todas para atender toda la demanda.
El precio que pagamos a todos no es el precio promedio de la fruta; es el precio más caro de todos. Esto lo hacemos porque si pagamos un promedio, entonces el vendedor de la fruta más cara (en este caso, la CFE, de acuerdo a la gráfica), perdería dinero. Lo que tenemos que hacer para bajar el precio de nuestra canasta es conseguir que lleguen más vendedores de fruta barata para llenarla a un menor precio. Sobre el manejo de la intermitencia hablaremos en otra ocasión.
Por: Rosanety Barrios