La capacidad nacional de almacenamiento y transporte está estrechamente vinculada con la soberanía energética del país. En momentos de crisis, la dependencia a las importaciones y las debilidades en capacidad de transporte representan un riesgo potencial para el abastecimiento; por lo cual es fundamental que ambos rubros estén cubiertos.
Fortalecer dichos ámbitos permitiría tomar decisiones acertadas sobre la generación, consumo y distribución de energía e hidrocarburos sin poner en riesgo el cumpliento de la demanda. Lo anterior cobra especial relevancia al considerar que México se encuentra entre los principales consumidores de combustibles a nivel mundial; y cuenta con proyectos industriales que requieren insumos energéticos para continuar sus operaciones.
A lo largo de 2019 y 2020, con la lucha contra el huachicol y la pandemia, las áreas vulnerables en el almacenamiento y transporte de hidrocarburos han quedado evidenciadas. México requiere renovar sus flotillas y equiparlas con nuevas tecnologías. Por otro lado, es necesario incrementar la capacidad de las plantas de almacenamiento en el país.
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En este sentido, entre los cinco proyectos del sector energético que forman parte del Acuerdo Nacional de Recuperación Económica, se encuentra la terminal de etano en el puerto de Pajaritos. Esta construcción, la cual se llevará a cabo por medio de una alianza estratégica entre Pemex y el sector privado, busca aumentar la capacidad nacional de transporte y almacenamiento.
Como consecuencia, en el escenario actual son necesarias las innovaciones tecnológicas y operativas para la infraestructura de almacenamiento y transporte. Las mejoras en capacidad, desarrollo y mantenimiento de infraestructura permitirán reducir gastos operativos e incrementar la seguridad energética nacional. Estos cambios, además de favorecer a la ciudadanía, vuelven al país más atractivo para empresas internacionales del sector energético.