Recientemente, tuvimos la oportunidad de participar en un evento técnico organizado por la Sociedad Mexicana de Geólogos y Geofísicos; asistieron geocientificos de México, Europa y Estados Unidos. Intercambiamos información y conocimientos respecto al tema relacionado con las experiencias en la explotación a nivel mundial de formaciones No Convencionales. Fue una sesión muy interesante, profesional y oportuna, por el significado e impacto que ha tenido este tema a nivel mundial.
En esta oportunidad, pudimos repasar los orígenes de la tendencia disruptiva y su acelerado desarrollo –inicialmente en los Estados Unidos— y posteriormente en otros países de América y Europa. Un tema donde los geocientíficos tienen mucho que opinar, porque han sido ellos los protagonistas principales de estos descubrimientos, y luego de su desarrollo.
Probablemente, no existe un amplio conocimiento de los orígenes de esta consolidada tendencia que logra la explotación de rocas como fuente de hidrocarburos –conocidas como shales o esquistos en español— y el impacto que ha tenido en los últimos 10 años en el sector energético de los Estados Unidos. Lo anterior, ha convertido al país en el productor número uno del mundo e internamente; transformando el abastecimiento de gas para la industria petroquímica, además de fortalecer el suministro de energía eléctrica, haciéndolo mas competitivo en precios para el consumo industrial y doméstico.
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La historia de la explotación de las formaciones No Convencionales está asociada a un geólogo: George Mitchell, quien dirigía Mitchell Energy, empresa productora de gas de los yacimientos tradicionales del estado de Texas, que abastecía un gasoducto que transportaba el gas que utilizaba la ciudad de Chicago. Este había sido el negocio de Mitchell Energy por más de tres décadas y, a finales de 1998, los yacimientos de gas iniciaron una declinación que afectaba la oferta comprometida con su principal cliente. Este fue el detonador de la búsqueda de nuevos yacimientos de gas en el estado para mantener la producción y cumplir con la oferta contractual.
El equipo de geocientíficos de Mitchell Energy ya había detectado la existencia de una formación de roca madre que se ubicaba a mayor profundidad que los yacimientos explotados y que tenía importantes rasgos de hidrocarburos. Sin embargo, en las pruebas hechas de perforación y terminación, no habían logrado los volúmenes que justificaran, comercial y económicamente, las inversiones realizadas. Fue cuando uno de sus ingenieros recomendó a Mitchell incrementar las presiones de inyección hasta lograr fracturar la roca, para crear canales o “túneles” de gran espacio y, así, lograr el flujo de hidrocarburos de la formación al pozo horizontal, aprovechando la presión natural de la formación.
Los resultados obtenidos fueron muy buenos. Así continúa la optimización de los parámetros involucrados en el proceso: volúmenes de agua; cantidades de arena, surfactantes y las presiones requeridas para la fractura de la formación. De esta manera, cambiaron el futuro de Mitchell Energy; posteriormente, el concepto del negocio en Texas y Oklahoma y, finalmente, el abasto de gas para el suministro de la energía en el país.
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Este fue el descubrimiento de la formación conocida como Barnett Shale y que, desde entonces, viene siendo producida económicamente. Una vez que se dieron a conocer los resultados obtenidos por Mitchell Energy, una gran cantidad de inversionistas se interesaron en el negocio y surgieron otros petroleros que lograron producir, exitosamente, otras formaciones similares en Oklahoma, North Carolina y más al norte del país. Entre ellos, se pueden mencionar a Harold Hamm, Aubrey McClendon, Tom Ward y Mark Pappas.
Actualmente, los Estados Unidos producen cerca de 13 millones de bped, siendo el productor número uno del mundo, por arriba de Arabia Saudita y Rusia. Ello se debe, en parte, al petróleo y gas proveniente de la formaciones No Convencionales descubiertas por estos pioneros. Asimismo, dos terminales se encuentran ya procesando gas para LNG y están en construcción cuatro instalaciones adicionales para la exportación de gas, como LNG, hacia Europa, Asia y la India.
En esta región, continúa el desarrollo de infraestructura alrededor de Midland Texas; para dar salida a los más de cuatro millones de barriles que se están produciendo en el área conocida como el Permian. También, recolectar el gas producido para su transporte a los sitios de exportación hacia México, vía ductos; y a las terminales con instalaciones para su conversión en LNG para exportación. Iniciándose una nueva etapa de proveedor de este hidrocarburo, con el fin de competir con Algeria y Rusia; países que han liderado el abastecimiento del gas en Europa, Middle East y Asia.