La mezcla mexicana de exportación se unió a la tendencia negativa de los precios del petróleo en los mercados internacionales; arrastrados por una aversión generalizada por el riesgo.
Las previsiones de una recaída de la demanda de hidrocarburos arrastraron a los precios del petróleo a un mínimo de diez semanas.
La combinación de una demanda asiática estancada, el final de la temporada de viajes de verano en Estados Unidos; y el aumento de la oferta de la alianza OPEP+; derribaron a los precios del petróleo.
La caída de los mercados accionarios y el repunte del dólar frente a sus principales contrapartes sumaron una presión bajista adicional. Arabia Saudita anunció nuevos descuentos a partir de octubre para estimular las ventas.
El reporte de nuevos casos de coronavirus en 22 de las 50 entidades de Estados Unidos añadió un golpe extra a los precios del petróleo. Las infecciones nuevas también están aumentando en India y Reino Unido.
En México, de acuerdo con Pemex, el precio de la mezcla mexicana perdió 2.95 dólares, es decir, 8.30%, para cerrar en 35.50 dólares el barril; su menor precio de 10 semanas, específicamente desde el 1 de julio.
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El contrato del crudo Brent para entrega en noviembre cerró en 39.78 dólares, un descenso de 6.3%; mientras que el crudo WTI concluyó en 36.76 dólares el barril, con resultado de una caída de 7.6%. En ambos casos son sus menores precios desde finales de junio.
Los precios del petróleo acumulaban un rally de cinco meses en alza y se oscilaban en máximos desde marzo; sin embargo, los fundamentos del mercado se mantenían frágiles por la vacilante recuperación de la demanda de hidrocarburos.
Las expectativas apuntan a un periodo de volátilidad en las próximas sesiones, a la espera de observar el desarrollo de la demanda global de hidrocarburos; y la evolución de los nuevos casos de Covid-19.