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Valor integral y propósito superior: bases para las empresas

Valor integral y propósito superior: bases para las empresas. Por: Luis Vielma Lobo

Uno de los grandes aprendizajes que resulta de la crisis vivida en esta pandemia ha sido el despertar de la conciencia en la gente, las instituciones, gobiernos y empresas, quienes, desde sus diferentes espacios, han impulsado un movimiento vanguardista que busca diferentes maneras de hacer las cosas, para lograr resultados superiores.

El mundo de hoy requiere de una nueva visión empresarial, un tipo diferente de organización que integre la búsqueda de beneficios económicos, el desarrollo social y la protección del medio ambiente, reinventando formas distintas de abordar y generar negocios con enfoques diferentes; quizá más humanos, más conscientes de los cambios en el entorno y de la importancia de su gente, con el fin último de generar una forma de valor integral que trascienda más allá de los beneficios económicos.

La experiencia vivida en estos últimos tiempos pareciera indicarnos que los conceptos empresariales conocidos y los enseñados en las escuelas de negocios deben evolucionar; transformarse en algo diferente, más amplios en la visión de lo que significa ser una empresa sustentable; para moderar posibles ambiciones cortoplacistas de los accionistas, en términos de generación de riqueza.

Ya el economista francés Thomas Piketty, especialista en temas de distribución de renta y desigualdad económica, en su libro “El Capital en el Siglo XXI”, publicado en Paris en el año 2013; creó un parteaguas relacionado con el tema de la desigualdad del capital y los ingresos de la población mundial.

Muchos economistas e intelectuales han considerado este libro como un hito que está ayudando a cambiar el entendimiento de la economía y su funcionamiento, para mejorar la distribución de los ingresos y presupuestos en las naciones. Los planteamientos de Piketty explican el cambio que ya está sucediendo, y que están llevando a cabo muchas empresas; al tratar de lograr un propósito superior en la búsqueda de maximizar sus beneficios. Intelectuales y estudiosos de la economía ya han generado modelos de transformación de compañías consideradas tradicionales, en empresas conscientes; sustentables, con liderazgos que impulsen una nueva cultura organizacional.

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Las nuevas empresas deben tener un propósito mayor que la búsqueda de ganancias. Tal propósito debe incluir también el compromiso social con sus trabajadores y las comunidades donde se encuentren ubicadas; además, su visión debe ser inspiradora y estimulante; que motive la reflexión enriquecedora de todos sus integrantes, y que, al mismo tiempo, contribuya a definir sus prioridades empresariales.

Para lograr dicho propósito existen diferentes iniciativas que buscan convertir al mundo empresarial en algo más justo, humano y sustentable, tal como lo concibió Adam Smith, considerado como el padre de la economía moderna, en su obra “La Riqueza de las Naciones”, Londres 1776, cuyos conceptos básicos consideran que, el ser humano, la ética, la naturaleza y el ambiente, así como el desarrollo económico, constituyen la máxima realización de una empresa.

La visión y razón de ser de estas debe considerar cuatro (4) principios básicos:

1. Propósito superior: Entendido como la creación de valor para toda la sociedad en su conjunto, así como la transformación del paradigma empresarial.

2. Liderazgo consciente: Los directivos de las empresas son profesionales comprometidos con el bien común; con una vocación de servicio auténtica.

3. Cultura solidaria: Se promueve la confianza, la honestidad y el espíritu de colaboración entre los miembros de la organización.

4. Integración y sustentabilidad: Equidad y respeto hacia todos los integrantes de la organización: inversionistas, trabajadores, clientes y proveedores; así como el respeto social y ambiental con el entorno comunitario de la empresa.

Un tema muy importante para este logro es que los trabajadores deben apoyar ese liderazgo consciente. Ello también significa una transformación del rol de los sindicatos; pues la relación entre trabajadores y directivos debe ser de cooperación, en lugar de disputa continua.

Ya algunas empresas del sector de los hidrocarburos han dado pasos en términos de sustentabilidad; saliendo de activos altamente contaminantes y reduciendo la exploración en áreas ecológicamente sensibles. En México, la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (AMEXHI) -asociación que reúne a las empresas operadores de petróleo y gas- ha dado pasos en ese sentido, y recientemente publicó un libro – “La Energía de un Pueblo”, LID Editorial, México, 2021- que muestra las experiencias sociales que han desarrollado en las áreas donde operan; apoyando iniciativas que buscan mejorar la educación, la salud y las condiciones cotidianas de la gente y las poblaciones.

Llevar a cabo una transformación empresarial con base en estos principios, requiere que los líderes reflexionen sobre los valores a nivel personal y corporativo. Hay estudios que han demostrado que una cultura empresarial humana y comprometida brinda beneficios en el rendimiento económico y el impacto social de la empresa; teniendo en cuenta que este propósito no compensará un modelo empresarial inapropiado; o el desarrollo e implementación deficiente de una estrategia de negocio.

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