Total reportó una pérdida anual de 7,200 millones de dólares, frente a un beneficio de 11,200 millones en 2019. El desplome de los precios del petróleo en el segundo trimestre por la crisis sanitaria impactó sus negocios.
El beneficio neto ajustado del grupo fue de 4,060 millones de dólares, que excluye las partidas excepcionales y sirve de referencia. El resultado superó las expectativas de 3,860 millones de dólares de los analistas. Se compara con los 11,800 millones de dólares del año fiscal 2019, lo que refleja una caída interanual del 66%.
La petrolera francesa también registró un beneficio neto en el cuarto trimestre de 1,300 millones de dólares, superando las expectativas de los analistas de 1,100 millones.
Patrick Pouyanné, director general de Total, resaltó que los resultados son alentadores si se considera que el año pasado se enfrentaron dos grandes retos.
“El año 2020 estuvo marcado por dos grandes crisis: la pandemia del covid 19, que tuvo un gran impacto en la demanda mundial, y la crisis del petróleo; que hizo que los precios del crudo Brent cayeran por debajo de los 20 dólares por barril en el segundo trimestre”, comentó Patrick Pouyanné.
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Los ingresos de la petrolera en el conjunto de 2020 alcanzaron 140,685 millones de dólares, un 29,8% por debajo del dato del año precedente; incluyendo un retroceso del 23% en la facturación del cuarto trimestre, hasta 37,943 millones de dólares.
Su producción de hidrocarburos cayó un 5% el año pasado, mientras que los resultados netos se vieron afectados por las depreciaciones de activos de 8,100 millones de dólares; incluidos 7.000 millones relacionados con las arenas bituminosas de Canadá, anunciadas en julio debido a los bajos precios y los nuevos objetivos climáticos.
La dirección propondrá a sus accionistas cambiar su nombre por el de TotalEnergies; con el que pretende marcar la apuesta del grupo hacia otras fuentes energéticas, incluidas las energías renovables.
