En la colaboración pasada afirmarmos que si no se explora ahora, mañana no tendremos los barriles de petróleo, ni los pies cúbicos de gas que tanto necesitamos. Dijimos también que, así como las empresas de energía compiten por la adjudicación de bloques para Exploración y Extracción de Hidrocarburos; los países compiten entre sí por atraer esas inversiones.
El primer elemento a considerar en este esquema de competencia es, sin duda, la geología. En materia de Exploración y Extracción, la geología manda. Después, tener un marco jurídico con reglas claras, con atribuciones definidas; el cual garantice estabilidad y neutralidad regulatoria, se vuelve un elemento toral.
En los últimos años, aproximadamente 60 países condujeron rondas petroleras. Ejemplos hay, desde luego, muchísimos. Destaco sólo algunos: Colombia tiene un Proceso Permanente de Asignación de Áreas, tanto terrestres como costa afuera. En marzo de este 2020 se cerrará en Australia un proceso de licitación que se desahogará bajo un esquema nuevo de transparencia y transmisión en vivo (a la mexicana).
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Por otro lado, Cuba tendrá su primera licitación de 24 bloques en mayo del 2020. Malasia terminará una ronda petrolera en julio; la cual consiste en 8 bloques de exploración, con 4 campos ya descubiertos. Nigeria relanzará este mismo año las licitaciones de este tipo de contratos. Además, nuestros vecinos Canadá y Estados Unidos de América, mantienen procesos de licitación en curso.
Mención aparte merece el caso de Guyana; quien, a través de la empresa ExxonMobil, ha llevado a cabo el descubrimiento de 16 yacimientos. Destaca su primer descubrimiento Liza-1 en 2015; el cual inició su producción en diciembre del año pasado, con 35,600 barriles por día.
La plataforma de producción en Guyana, con la utilización de un FPSO (artefacto naval en el que se producen, almacenan y descargan hidrocarburos) se tiene planeada en el orden de 220,000 barriles por día para el 2022. Su desarrollo permitirá, según cifras del FMI, un estimado de crecimiento del PIB de Guyana de 85.6% para este 2020.
Como se ve, la competencia internacional es intensa. Si México no aprovecha su riqueza geológica y el marco jurídico positivo vigente, serán otros los que se vean beneficiados por las inversiones privadas; indispensables en estas complejas tareas.
Agradezco a María Angélica Valencia Gómez su colaboración para la columna de este mes.