La energía eólica encabeza el futuro de la energía, para contribuir al desarrollo sostenible del planeta.
La Asociación Mundial de Energía Eólica (WWEA) informó que la capacidad de generación eléctrica; a partir de energía eólica instalada en todo el mundo alcanzó los 651 GW en 2019.
Estos resultados muestran un importante avance en la transición energética: solo hay que considera que los casi 60 GW instalados el año pasado pueden cubrir más del 6% de la demanda mundial de electricidad.
Hoy, para al menos dos tercios de la población mundial, el viento es la opción más económica para la nueva generación eléctrica. Aún así, todavía se tiene camino por recorrer para crear un nuevo modelo de energía más sostenible, basado en el uso de energía renovable.
Hace apenas unas semanas, en Europa, se firmó la Alianza Europea para la Recuperación Verde. Se trata de un acuerdo promovido por políticos, empresarios y civiles de Europas para aumentar las inversiones en el sector de las energías renovables. Buscan liderar la recuperación económica pospandémica y hacer frente a emergencias actuales.
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Se estima que el viento será una de las tecnologías clave para la recuperación económica: contribuirá a crear millones de empleos, a proporcionar energía renovable a costos más accesibles y a proporcionar una reducción significativa de las emisiones de CO2; a través de tecnologías e infraestructura cada vez más avanzadas y resistentes.
Con la disminución del costo de la tecnología (desde 2010, el precio de turbinas eólicas disminuyó 40%) y una mayor demanda debido a la descarbonización; se estima que en los próximos 10 años, el 70% de la nueva capacidad será eólica y fotovoltaica y; para 2050, el 50% de la electricidad se generará por el viento y el sol.