La producción de electricidad con base en carbón cayó durante 2020 debido a dos factores: una caída en la demanda global de energía; así como al crecimiento de las energías renovables, particularmente la solar y eólica.
Según un informe publicado por el Global Electricity Review; la producción eléctrica de las turbinas eólicas y los paneles solares experimentó en 2020 un aumento del 15% respecto al 2019 en todo el mundo. Esto, a su vez, implicó una disminución del 4% en la generación con carbón.
Del mismo modo, la infraestructura eólica y solar generó +315 teravatios por hora (TWh). Por su parte, la generación eléctrica con carbón alcanzó los -346 TWh.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) afirma que, a fin de lograr la neutralidad de carbono en 2050, la generación de electricidad a partir del carbón debe caer en promedio 14% cada año. Sin embargo, el avance en la transición energética pudo deberse a que la pandemia frenó la demanda de electricidad; por lo que pausa en el uso de carbón puede ser momentánea.
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En la actualidad, la energía eólica y solar aporta la décima parte de la generación de electricidad en países como Turquía, Estados Unidos (ambos con 12%); Brasil (11%), Japón (10%) y China (9.5%). Alemania y Reino Unido han logrado aumentar ese porcentaje hasta el 33% y 29%, respectivamente.
No obstante, el gigante asiático genera 53% de su electricidad quemando carbón. Esto representa casi 10 puntos más que hace un lustro, a pesar de su desarrollo de energías renovables. De manera similar, Rusia, Indonesia y Arabia Saudí tienen una generación renovable cercana a cero.
Esto explica que, aún con a la caída récord del carbón, las emisiones del sector energético en 2020 fueron un 2% más altas que en el 2015. Ese año se firmó el Acuerdo de París contra el cambio climático.