ExxonMobil y Chevron, las dos mayores petroleras de Estados Unidos, mantuvieron conversaciones preliminares a principios de 2020 sobre la posible fusión de sus empresas.
De acuerdo con The Wall Street Journal, los directores Darren Woods y Mike Wirth discutieron la posibilidad de una fusión tras el estallido de la pandemia. La alianza se habría convertido en una de las mayores fusiones corporativas de la historia.
Las conversaciones que mantuvieron Woods y Wirth fueron sólo preliminares y no continúan en la actualidad, pero el proyecto podría retomarse en el futuro; según fuentes anónimas citadas por el diario.
La discusión empezó luego de que la pandemia por Covid-19 colapsara la demanda de petróleo y gas; poniendo el riesgo el futuro de la industria petrolera. Los precios del petróleo se desplomaron, las acciones de las dos empresas cayeron en picada y sus ingresos se replegaron en segundo y tercer trimestre.
El valor de mercado de una empresa combinada podría superar los 350,000 millones de dólares, después de que en 2014 sumaban cerca de 800,000 millones de dólares. Juntas, formarían la segunda compañía petrolera más grande del mundo por capitalización de mercado y producción, solo superada por Saudi Aramco.
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La potencial fusión podría enfrentar desafíos regulatorios y antimonopolio en Estados Unidos. Algunos legisladores estadounidenses culpan a las grandes petroleras de contribuir al cambio climático, un asunto que la nueva Administración ha convertido en una de sus prioridades.
A raíz de la pandemia, numerosos analistas han sugerido la conveniencia de una fusión en la industria petrolera bajo el argumento de que ayudaría a superar la actual crisis. Una fusión ayudaría a encarar un futuro más verde por la transición de los países hacia una apuesta más integral con las energías renovables.
