Las empresas de seguridad privada han brindado soluciones tecnológicas muy completas durante la pandemia y la nueva normalidad. Entre dichas soluciones se encuentran la implementación de modernos sistemas de bioseguridad, manipulados por personal altamente capacitado.
Desde que comenzó la nueva normalidad en el país, derivada del coronavirus que llegó para quedarse; los empleados de diversas empresas del sector energético se han integrado poco a poco a sus actividades en sus lugares de trabajo con las medidas sanitarias necesarias. Esto ha sido posible en parte y gracias al apoyo de las compañías de seguridad privada. Las cuales han sabido enfrentar el desafío para implementar protocolos sanitarios necesarios conforme a la nueva normalidad de las empresas; para que sigan operando en tiempo y forma, manteniendo la eficiencia en sus procesos.
No ha sido una tarea fácil, pues ha requerido experiencia, capacitación, agilidad y sentido de urgencia en la adecuación de procedimientos y protocolos. Dichos requerimientos son únicos en cada organización del sector energético; por lo que esto sólo se ha podido aplicar con la eficacia de las empresas de seguridad privada profesionales en México.
Los elementos de seguridad privada de este tipo de compañías fueron los primeros en recibir capacitación adecuada, avalada por autoridades sanitarias y expertos en la materia. Lo anterior permitió realizar funciones vitales de prevención que han ayudado a mantener el buen funcionamiento de las empresas del sector energético; las cuales no han detenido sus operaciones desde el inicio del confinamiento.
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Ciertamente, estas empresas profesionales de seguridad privada han debido capacitar a sus técnicos de seguridad de acuerdo con parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud, entre otras instituciones como la Secretaría de Salud en México:
1. Revisar a toda persona externa e interna respecto a sus niveles de temperatura, y remitir a las personas con algunos síntomas sospechosos al área de salud de la compañía. Con el fin de evitar contagios en el lugar.
2. Limitar los accesos al lugar, así como revisar constantemente el distanciamiento entre colaboradores.
3. Supervisar todas las áreas comunes para saber si realmente se está realizando adecuadamente la limpieza y desinfección de lugares y herramientas de trabajo.
Además, han brindado soluciones tecnológicas muy completas durante la pandemia y la nueva normalidad. Entre dichas soluciones se encuentran la implementación de modernos sistemas de bioseguridad, manipulados por personal altamente capacitado; como el uso de cámaras de última generación que miden la temperatura a distancia e incorporan un software de reconocimiento facial, que incluso detecta si se porta o no el cubrebocas. Todo este esfuerzo ha valido para generar un acceso rápido, cómodo y eficiente – pero sobre todo seguro – tanto para el personal, como para clientes y proveedores.
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La Seguridad Privada, coordinada por profesionales, jugó evidentemente, y lo seguirá haciendo, un papel mucho más relevante durante la pandemia y después de ésta. Además de salvaguardar activos, operaciones y personal, comprendió que se requiere de socios de negocios altamente especializados en temas sanitarios para satisfacer necesidades de clientes cada vez más demandantes en un entorno cada vez más competitivo; complicado y adverso en el sector energético.
Nuevas oportunidades se abren ante el sector energético en México, pues el gobierno dio marcha atrás – o al menos prometió revisar a profundidad el tema – permitiendo a centrales eólicas y solares hacer pruebas en el país, tras la lluvia de amparos que se presentaron. Por lo que los profesionales de la seguridad privada sabrán estar también a la altura; para mantener las operaciones eficientes de nuevos proyectos o desarrollos que seguramente se estarán implementando pronto en el país.