El futuro pinta de gris a oscuro para las empresas que no están reflexionando y tratando de entender – ahora mismo – el significado de sostenibilidad y lo que esto supone para su negocio. Los nuevos desafíos que el mundo está presentando son una invitación a entender que la sostenibilidad ya no es un tema colateral, sino estratégico.
El mundo de la sostenibilidad está lleno de oportunidades de negocio en todos los sectores. La sostenibilidad tiene que ver con la supervivencia de las empresas en el futuro e involucra la manera de hacer los negocios más viables; en un mundo que será diferente en la forma de relacionarse, de comunicarse, y que demanda nuevos modelos de negocio.
Desde este enfoque se busca que las empresas petroleras incorporen la reducción de las emisiones de carbono (CO2) al máximo posible en sus metas estratégicas. Lo anterior con la finalidad de alcanzar los compromisos impulsados por la Agenda de París y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de la Agenda de Desarrollo Sostenible o Agenda 2030, respaldada por los líderes mundiales en el 2015.
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De igual manera, los proveedores de bienes y servicios de la industria petrolera tienen que repensar su negocio. La experiencia de un mundo virtual vivida como consecuencia de la pandemia llegó para quedarse; y la proveeduría “online” se ha hecho más fuerte, retando los conceptos actuales de las cadenas de suministro, buscando hacerlas más efectivas y competitivas.
Los proveedores de la industria tienen que ver la forma de adaptar esos modelos de relación cliente-proveedor, para ayudar a las empresas operadoras a optimizar sus procesos; y, como consecuencia, ambos compartir beneficios. Los conceptos de clústeres de servicios integrados deben rescatarse sustentados en plataformas tecnológicas que faciliten el trabajo a distancia; y que permitan mantener los equipos de trabajo entrelazados en tiempo real, lo cual redundará en beneficios para todos.
Las empresas han entendido las ventajas de incluir estos objetivos en el desarrollo de su negocio. A corto plazo, aquéllas que así lo hacen obtienen un mejor desempeño. Además de identificar nuevas oportunidades de mercado y desarrollar productos innovadores, han mejorado su interacción con los públicos de interés como clientes, trabajadores o inversores; y buscan fortalecer a mediano plazo un modelo integral de servicios más inclusivo y sostenible, aumentando la competitividad del negocio y la reputación corporativa.
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México necesita dar ese paso adelante que permita a las empresas privadas y paraestatales, primero, entender la sustentabilidad, y luego trabajar el modelo de desarrollo más adecuado para cada tipo de compañía. Las grandes empresas que han crecido organizacionalmente incorporando especialistas de diferentes áreas y facilitando su desarrollo, deben revisar ese modelo.
Las compañía medianas y pequeñas tienen una concepción diferente del negocio y se apoyan más en conceptos de outsosurcing para focalizarse en su negocio toral o core business, y así disponer de personal competente en épocas de alta demanda. Por su tamaño, estas empresas son más ágiles en la toma de decisiones y la incorporación de modelos de sustentabilidad les será más sencillo y expedito.
Los profesionistas también debemos entender esta realidad. La experiencia de “home office”, o trabajo desde casa, ha despertado una chispa que estaba dormida en muchos de nosotros, y no debe apagarse. Por el contrario, debe mantenerse y apoyar a las empresas en la implementación de modelos de trabajo a distancia. Reducir el uso de oficinas tiene implicaciones en otros servicios, y el impacto final se refleja en una sociedad más sostenible, al reducir el tránsito, las comunicaciones, y el consumo de hidrocarburos fósiles. Esto contribuye con la reducción de emisiones de carbono, tal como se ha comprobado durante este proceso pandémico.