Royal Dutch Shell contabilizará un impacto negativo de entre 15,000 y 22,000 millones de dólares en el segundo trimestre de este año.
El impacto está asociado a los ajustes en el valor de los activos de la petrolera de mediano y largo plazo; así como a la caída de los precios de las materias primas y de sus márgenes.
«En el segundo trimestre, Shell revisó sus perspectivas de valores a mediano y largo plazo; y sus perspectivas de márgenes para reflejar el impacto de la pandemia de covid-19″, explicó Shell en un comunicado.
La petrolera anglo holandesa recortó a 50 dólares su previción sobre el precio del barril del crudo Brent para 2022, frente a los 60 dólares anteriores; mientras que mantuvo su pronóstico de 60 dólares por barril para 2023.
Para el presente año, Shell estima que el precio del petróleo rondará los 35 dólares y los 40 dólares en 2021.
«Shell continúa adaptándose para garantizar que el negocio siga siendo resistente”, agregó la petrolera.
El negocio gasista de Shell sufrirá el mayor ajuste, con un impacto adverso de entre 8,000 y 9,000 millones de dólares, principalmente en Australia; mientras que el negocio de exploración y producción (‘upstream’) asumirá un impacto de entre 4,000 y 6,000 millones de dólares.
En su caso, el negocio de productos del petróleo registrará un impacto negativo de entre 3,000 y 7,000 millones de dólares.
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También rebajó su previsión de precios del gas natural para ese año y un 30% de caída en los márgenes del refino.
La pandemia de coronavirus obligó a restringir los movimientos de la población en todo el mundo; hundiendo la demanda y el precio de los combustibles para todo tipo de transportes.
La británica BP también ya tuvo que reconocer que sus activos (yacimientos, prospecciones o existencias) no valían lo que tenía previsto.