Shell experimentó una pérdida de 21,680 millones de dólares en 2020, frente a la ganancia neta de 15,842 millones de dólares del año anterior.
La petrolera anglo-holandesa registró ingresos de 180,543 millones de dólares en el año pasado, una caída del 47.6 % frente al 2019. La caída de la facturación estuvo asociada al desplome de los precios del petróleo en el segundo trimestre del año.
Las pérdidas anuales antes de impuestos sumaron 26,966 millones de dólares en 2020, frente a unas ganancias netas de 25,485 millones de dólares del mismo periodo del año anterior.
Durante 2020, las compras alcanzaron 117,093 millones de dólares, un descenso del 53.7 % frente al año anterior; mientras que los gastos anuales de producción se situaron en 24,001 millones de dólares, una caída del 9.2% frente al ejercicio previo.
Los gastos totales bajaron el 35.6 % hasta situarse el año pasado en 210,162 millones de dólares.
De acuerdo con Shell, los gastos administrativos y de distribución se situaron en 9,881 millones de dólares, un descenso del 5.8 % frente al año anterior.
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La deuda neta de la compañía se situó en 75,400 millones de dólares a finales del año pasado.
El total de dividendos distribuidos a los accionistas de Shell en el último trimestre del año pasado fue de 1,300 millones de dólares; mientras que el consejo espera que el dividendo en el primer trimestre de este año sea de 1,735 dólares por acción; un ascenso del 4 % frente al cuarto trimestre del año pasado.
A partir del otoño boreal se recuperaron a alrededor de los 50 dólares; pero todavía se encuentran por debajo de su nivel de principios de 2020, señaló la empresa.
Shell informó que la producción total bajó por el impacto de las desinversiones y altos gastos de mantenimiento. Una menor producción por los huracanes también afectó las actividades en el Golfo de México.
