La deuda financiera neta de Petróleos Mexicanos (Pemex) se disparó 24.9% hasta 110,300 millones de dólares durante los primeros nueve meses de 2020.
El aumento de la deuda está asociado a los montos utilizados de las líneas de crédito y la depreciación en el tipo de cambio en el periodo; pese a las transferencias por 5 mil millones de dólares que recibió del Gobierno en 2019.
Pemex reportó un pasivo por 106,191 millones de dólares (2.43 billones de pesos), para consolidarse como la petrolera más endeudada del mundo.
El aumento en 516,700 millones de pesos se debe a los montos utilizados de sus líneas de crédito, así como a la debilidad del peso frente al dólar.
En términos desagregados, la deuda de corto plazo de Pemex aumentó 68% a 17,938 millones de dólares, mientras que la de largo plazo se elevó 18.7% a 89,853 mdd
La empresa productiva del Estado tiene como objetivo financiero optimizar sus fuentes de financiamiento mediante dos etapas; en el primer caso busca un endeudamiento neto cero en términos reales de 2019 a 2021 mejorando sus ingresos y recortando sus gastos.
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En la segunda etapa, Pemex contempla una reducción gradual de la deuda a partir de mayores flujos de efectivo por el incremento de su producción entre 2022 y 2024.
“Debido a las condiciones actuales del mercado mundial, los factores de riesgo de la industria y las necesidades particulares de la empresa, la política de financiamiento para 2020 conservará flexibilidad para adaptarse a las condiciones prevalecientes de los mercados financieros, buscando un balance prudente de riesgo y costo”, describió.
En los primeros nueve meses, Pemex reportó una pérdida neta 26,345 millones de dólares o 605,044 millones de pesos entre enero y septiembre; un 243.1% más que en el mismo periodo de 2019.