Tras la renuncia de Carlos Romero Deschamps a la Secretaría General del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM); en estas mismas páginas, señalamos que aún era «muy temprano para saber si esa renuncia desembocará en la ampliación de los cauces democráticos al interior del STPRM«. También, escribimos que no se podía «tener la certeza de que habrá una coyuntura favorable a la libre organización de los petroleros». Esto es, que los trabajadores de Pemex pudieran optar por la substitución del STPRM por otro sindicato; en un recuento sindical, en la titularidad del contrato colectivo de trabajo.
Al momento de escribir estas líneas, las elecciones para renovar la dirigencia del STPRM parecen caminar hacia una posposición indefinida. Mientras, el sindicato Petromex se alista para disputarle la titularidad del contrato colectivo de trabajo.
La efervescencia política, generada por la renuncia de Carlos Romero Deschamps, pareciera no corresponder con lo establecido en los estatutos del sindicato. Diversos abogados laboralistas y funcionarios de la Secretaría del Trabajo, han manifestado que la actual dirigencia sindical podría permanecer inamovible; hasta el 31 de diciembre de 2024. Claro está que, más allá de esta interpretación de los estatutos; la presión política de los actores interesados en tomar la dirección del sindicato, podría forzar las elecciones internas.
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Por lo pronto, la mayoría de quienes buscan contender por la Secretaría General del sindicato, adolecen del problema de no ser reconocidos como trabajadores activos de Pemex, lo que debilita sus aspiraciones. Asimismo, la evidente atomización de la disidencia interna, pareciera augurar que el grupo político de Romero Deschamps seguiría siendo hegemónico a nivel nacional; aunque eventualmente pudiera perder algunas secciones locales.
La posible permanencia de la actual dirigencia del STPRM, refuerza la estrategia seguida por quienes fundaron y lograron el reconocimiento oficial del sindicato Petromex. En efecto, de cerrarse la puerta para la disputa de la dirección del STPRM; varios grupos disidentes podrían optar por integrarse o aliarse con Petromex para disputarle la titularidad del contrato colectivo de trabajo al STPRM.
En este contexto, el 12 de marzo Petromex concretó la instalación formal de su Consejo Consultivo Académico, cuyo Presidente es el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. La función de este Consejo, formado por especialistas de diversas áreas relacionadas con el sector petrolero, no es propiamente sindical; sino que busca dotar al naciente sindicato, de una perspectiva de la industria petrolera en general, y de Petróleos Mexicanos, en particular; que pueda ir más allá de lo estrictamente gremial.
Posteriormente, el 17 de marzo, Petromex presentó ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje la demanda para disputarle al STPRM la titularidad del contrato colectivo de trabajo. De aceptarse, daría inicio un proceso de «recuento» (votación entre los trabajadores sindicalizados de Pemex) que podría marcar un hito en la historia sindical del país. Comparable al que llevó a Demetrio Vallejo a la dirección del Sindicato Ferrocarrilero en 1958… o al que culminó con la derrota del SPAUNAM entre los académicos de la Universidad Nacional en 1979 (y la toma de Ciudad Universitaria por el ejército).
Lo que es innegable, es que el paso dado por Petromex, pondrá a prueba la voluntad del gobierno para empezar a desmontar el corporativismo en la vida sindical de nuestro país.