Pemex estima una caída de 61% en sus ingresos durante el segundo trimestre de este año, como resultado de una menor demanda de combustibles. El confinamiento para evitar la propagación de la pandemia del COVID-19 golpeó el consumo de hidrocarburos líquidos durante abril y junio.
La empresa productiva del Estado también recurrió a la mitad del dinero que tenía disponible en sus líneas de crédito para hacer frente a contingencia.
“Como resultado de la desaceleración económica mundial y, en particular, de la disminución de la demanda de combustible; Pemex estima una disminución del 61% en sus ventas internas en el periodo que comprende del 1 de abril al 30 de junio de 2020”, reconoció.
En un reporte enviado a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), Pemex presentó las previsiones.
“A la fecha de emisión de estos estados financieros, (Pemex) no puede predecir qué efecto tendrán estas medidas en las operaciones o la posición financiera”, señaló.
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Sin embargo, aseguró que la caída de sus ventas estuvo asociada a las medidas preventivas y de distanciamiento social para frenar la propagación del virus. Las restricciones causaron un desplome en la demanda de bienes y servicios, especialmente gasolinas, diésel y turbosina.
Por si fuera poco, los precios del petróleo se desplomaron a nivel mundial durante el mes de marzo en los mercados internacionales. El precio de la mezcla mexicana se derrumbó a mínimos de 20 años en ese mes.
Aunque el precio del insumo se ha recuperado a máximos de 4 meses, sobre los 37 dólares por barril, aún experimenta una caída de 35% en el año.
