Ahora que iniciamos una etapa de reactivación hacia un “nuevo normal”; la tecnología, la conectividad y la energía eléctrica, se han vuelto esenciales para realizar toda actividad a distancia. Por esto, y porque es un eslabón clave para el funcionamiento de distintos sectores esenciales; el suministro debe garantizarse al tiempo que se protege la economía nacional.
Como consecuencia, los esfuerzos para enfrentar los retos y solucionar los problemas del Sistema Eléctrico Nacional (SEN); específicamente en baja y media tensión, deben intensificarse. Al mismo tiempo, es importante mantener el abasto ininterrumpido para garantizar la continuidad de las actividades en centros de salud e instalaciones cuyos servicios son esenciales para el bienestar de la población.
Por esto, ante los debates acontecidos recientemente, cabe resaltar la relevancia de asegurar la accesibilidad del suministro eléctrico por encima de las diferencias ideológicas. La adaptación exitosa a la “nueva normalidad” requiere la colaboración entre los segmentos público y privado.
Relacionado: ¿Cómo brindar el sistema eléctrico contra fallas y cortes?
Las medidas para proteger la salud de la población continuarán restringiendo la operatividad de algunos de los principales consumidores de energía, como lo son restaurantes y hoteles. Por ello, deberán adoptarse proyectos y alternativas para garantizar la rentabilidad de estos servicios.
Por otro lado, el SEN enfrenta carencias que ha arrastrado hasta la fecha, tales como una infraestructura que requiere pronta modernización. Para solucionarlos se requiere generar tanto políticas públicas, como proyectos de la iniciativa privada. No cabe duda de que los retos actuales son tan grandes como urgentes y, por lo tanto, nuestros esfuerzos para solucionarlos deben orientarse conjuntamente.