Los vientos en contra predominan en los mercados internacionales. Los precios del petróleo, sin embargo, lograron cerrar con registros positivos después de dos jornadas en con números rojos.
El optimismo en torno a los planes de estímulo de Estados Unidos logró convencer a los inversionistas a regresar a los commodities.
Las expectativas de un ajuste de la oferta mundial de crudo contrarrestaron las preocupaciones sobre un reciente rebrote de Covid-19 en algunas regiones. Un lento despliegue de las vacunas también aumentan las expectativas de una caída de la demanda en el corto plazo.
Un brote en China amenaza la demanda de combustible durante el período del Año Nuevo Lunar, y el gobierno alienta a millones a no viajar para evitar una mayor propagación.
En este contexto, de acuerdo con Pemex, el precio de la mezcla mexicana de exportación ganó 50 centavos, es decir, 0.97%, para cerrar en 51.61 dólares el barril. El insumo mexicano ascendió la semana pasada hasta 52.25 dólares, su precio más alto desde el 24 de enero 2020.
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En Nueva York, el crudo WTI para marzo ganó 50 centavos, o 0.95% para cerrar en 52.77 dólares el barril; mientras en Londres, el crudo Brent para marzo ascendió 47 centavos, o 0.9%, 55.88 dólares por barril. La semana pasada el Brent alcanzó un máximo de 11 meses de 57.42 dólares.
La expectativa de que la oferta mundial de crudo descenderá influyó en las pizarras positivas de los precios del petróleo. Las exportaciones rusas por vía marítima de su crudo insignia de los Urales caerán casi un 20% en febrero con respecto al mes anterior.
El descenso de los envíos se sumará a una menor producción iraquí y a la reducción de las exportaciones libias. Ese escenario compensará la caída de la demanda de hidrocarburos por las nuevas restricciones de movilidad.