Por Ramses Pech – Grupo Caraiva – León & Pech
Todos estamos opinando, discutiendo y aportando conocimiento; pero hemos olvidado para qué necesitamos la electricidad. Además del monopolio en el que el mercado eléctrico mexicano estuvo inmerso por más de 50 años y la Caja de Pandora que se destapó con la Reforma Energética; ahora está pasando por un reacomodo, como cualquier otro mercado en el mundo.
La historia del mercado eléctrico estadounidense se remonta a 1977 con la conformación de un órgano regulador. Posteriormente, en 1996 fundó la Organización Regional de Transmisión (RTO por sus siglas en inglés). Más adelante, en 2005 se creó en EUA la ley de la Política Energética; a través de la cual formó parte el mercado eléctrico. Y en 2010 se emitió un acuerdo para los planes de transmisión regional e identificación de las necesidades de transmisión de orden público.
Actualmente, Estados Unidos tiene una demanda de 330 a 450 mil KWh en promedio, con una red eléctrica en km de 350 mil transmisión y 9 millones distribución. En el camino para llegar a este punto, hubo demandas de privados cuyos intereses fueron lacerados; y un gobierno que entendió la necesidad de dejar invertir en la generación, transmisión, distribución y confiablidad del mercado eléctrico.
Para lograr lo anterior, fue necesario establecer reglas claras y tomar cada disputa como un precedente para dar certeza jurídica y confianza a la inversión en el mercado. Ello con el único fin de que todas las partes se vieran sus intereses beneficiados en forma equilibrada; de tal forma que pudieran obtener una utilidad económica para utilizar en otros rubros. Así, el sector público y privado trabajaron en conjunto mediante un plan a largo plazo.
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Las reglas para fomentar una participación idónea en México quedaron establecidas en 2015. Hoy en día, el sector energético está evolucionando hacia una red de transmisión y distribución más inteligente. Ahora, el problema no es la tecnología de las plantas de generación en sí, si no su funcionamiento en conjunto con el sistema eléctrico.
Por lo tanto, estamos en una plena madurez del mercado ante un inicio de 4 años y contando. El problema que veo para nosotros recae en que cada administración deberá poner un granito de su parte para tener un mercado eléctrico confiable técnicamente y en el aspecto de inversiones publicas o privadas. Sin embargo, ahora es tiempo de sentarnos para establecer lo que es mejor para la nación en función de respetar los intereses de cada parte involucrada.
La confiabilidad del sistema de energía eléctrica mexicano es crítica para la vitalidad económica de la nación y el bienestar de la sociedad. Hoy, esa confiabilidad se ve desafiada, a medida que la infraestructura envejece y aumentan las incidencias de mal tiempo y otras amenazas al sistema.
Por ello, es importante que la administración actual, con la meta de dar orden al mercado eléctrico, vea fuera de la caja. Eso implicará comprender que controlar o manipular el futuro del mercado no sólo está en función de las decisiones que se tomen al momento.
El gobierno tiene la oportunidad de dejar reglas claras a largo plazo, tomando como principio rector satisfacer la demanda de la sociedad y dar certeza para los inversionistas interesados en el país. Al demostrar su madurez para combinar la inversión pública y privada, México resultará más atractivo.
Derivado del compromiso como nación de adquirir las mejores prácticas internacionales en el ámbito técnico y adaptar nuestras legislaciones, el 17 de febrero de 2018, México se convirtió en el 30º país miembro de la Agencia Internacional de Energía y su primer miembro en América Latina. Además, en 2015 participó en la creación de North American Cooperación on Energy Information (NACEI por sus siglas en inglés).
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Dicho acuerdo de cooperación funcionó como preámbulo para el T-MEC, como parte de la nueva integración que comenzará el 1 de julio de 2020. Dado que muchos energéticos, como el gas natural y la electricidad, están incluidos en el libre comercio, es necesario tener armonía de confiabilidad para dar continuidad a cada intercambio que realicen con base al capítulo 13 del tratado.
Dicho capítulo indica que se brinda certidumbre jurídica y se respetan los compromisos asumidos por México con los prestadores de servicios, exportadores, importadores e inversionistas que participan en el sector.
Hoy, los países que dependen de mercados competitivos para mantener operaciones eficientes en el corto plazo, ya sea a través de contratos físicos bilaterales, intercambios de energía o mercados spot coordinados, representan el 54% del consumo mundial de electricidad. Una vez que China complete la implementación de su reforma del sector eléctrico, esta participación aumentará a casi el 80%.
Es tiempo de ponernos de acuerdo en que las administraciones claudican en un tiempo; sin embargo, la nación no para. Al no hacer un plan en coordinación entre todas las partes estaremos destinados a que nadie quiera invertir en México. Es momento de madurar con sentido común, para tener un mercado que proporcione electricidad confiable al menor costo para los consumidores.