El gobierno de Venezuela podría tomar la decisión de privatizar su petróleo para enfrentar las sanciones y el colapso de su economía, según Bloomberg.
Integrantes del equipo del presidente Nicolás Maduro han mantenido charlas con representantes de la rusa Rosneft, la española Repsol y la italiana Eni. Analizan ceder el control de las petroleras estatales para reestructurar parte de la deuda de Petróleos de Venezuela (PDVSA).
El banco central venezolano calcula que las finanzas de la petrolera estatal están destrozadas porque sus reservas han alcanzado el punto más bajo en 30 años.
Actualmente la producción de Venezuela se sitúa en 700 mil barriles diarios a pesar de contar con la mayor reserva de crudo en el mundo. En sus mejores tiempos, el país sudamericano logró producir 2.5 millones de barriles diarios.
De acuerdo con un reporte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Venezuela contaba con 58 equipos activos de perforación en 2016. Un año después pasaron a 49 y a 32 equipos en 2018. Para diciembre de 2019, Venezuela disponía de 25 taladros operativos, una caída del 56.8% con respecto a 2016 en el número de equipos.
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Esto como resultado de la falta de recursos por parte del gobierno de Nicolás Maduro para invertir en actividades de exploración y producción.
Ahora, en caso de alcanzar un acuerdo, Venezuela debería reforma su legislación, además de que por el momento existen diferencia respecto a cómo financiar las operaciones.
Un problema adicional son las sanciones económicas de Estados Unidos que impiden a las empresas estadounidense negociar con el régimen de Nicolás Maduro.
Por otra parte, PDVSA ha solicitado a las compañías nuevos inversores para que en caso de pasar la propuesta, se pague por el flujo operativo. Incluso ha abierto la posibilidad de que la deuda de la petrolera se distribuya de forma equitativa entre las compañías que participen en la privatización.