La Secretaría de Hacienda anunció ayer una aportación patrimonial por cinco mil millones de dólares a Petróleos Mexicanos (Pemex), como parte de los esfuerzos del gobierno federal para buscar escudos financieros para la empresa.
JPMorgan, Goldman Sachs y Bank of America se encuentran entre los bancos que encabezarán la operación. Citi, HSBC, Mizuho y Crédit Agricole también forman parte de los agentes colocadores de este instrumento.
El Gobierno Federal ha recurrido a bancos de inversión para que ayuden a refinanciar al menos cinco mil millones de dólares de deuda con vencimiento a largo plazo de Pemex, a la vez que trabaja en aumentar el flujo de caja y la producción de petróleo.
El presidente de la República ha dicho que Pemex no aumentaría la deuda neta este año o el próximo; sin embargo, la caída global en las tasas de interés en los últimos meses ha abierto una ventana atractiva para la refinanciación.
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La Empresa Productiva del Estado, al borde de una calificación crediticia de grado ‘basura’, es la productora de petróleo más endeudada, con alrededor de 105 mil millones de dólares en pasivos.
Pemex tenía 14 mil 600 millones de dólares en deuda con vencimiento para los próximos 12 meses, según su informe del segundo trimestre. Los compradores de bonos se han vuelto cada vez más escépticos sobre la capacidad de los responsables de la política energética para promulgar un plan de reestructuración.
Este año, la ayuda del Gobierno para Pemex ascendió a alrededor de 4 mil 500 millones de dólares, incluida una infusión de efectivo de mil 300 millones de dólares, mil 500 millones de dólares en ayuda fiscal y mil 800 millones de dólares en pagos de notas de pensión.
Pemex, de acuerdo con el plan presupuestario enviado al Congreso, recibirá 86 mil millones de pesos (4 mil 400 millones de dólares) el próximo año, incluidas exenciones de impuestos y una capitalización de 46 mil millones de pesos
