Los modelos de conducta o roles sociales en donde la mujer ejercía solamente el papel de ama de casa, se han ido quebrantando y modificando con el tiempo. Hoy, más mujeres somos ejemplo de superación y cambio; hemos tomado las riendas y estamos a la delantera en la carrera hacia la equidad total. Ser mujer, ya no es un impedimento para lograr cosas extraordinarias.
Algo que tenemos en común, hombres y mujeres, es que ambos somos capaces de obtener logros importantes. Sin embargo, y lamentablemente, el empoderamiento laboral y económico no fue siempre equitativo para la mujer. Además de la colaboración integral entre ambos géneros, debemos tener confianza en nosotras mismas para escalar y poder construir nuestro propio patrimonio profesional y financiero.
Como declara Åsa Regnér, subsecretaria general de la ONU y directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres: “El empoderamiento económico de las mujeres y la inclusión financiera han sido reconocidos como claves para alcanzar la agenda de 2030 para el desarrollo sostenible”.
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Es importante reconocer el papel fundamental que desempeñamos como poderosos agentes de cambio, y la enorme aportación que hacemos a la economía y dinamismo de cualquier país. Somos actores clave en la construcción y fortaleza de las comunidades. Además de la audacia y valentía que nos caracteriza, todo trabajo tocado por una mujer goza de una profunda delicadeza y una gran entrega.
En un mundo tan globalizado, aunque haya quienes hablen del proceso de la “desglobalización”, cada vez es más importante estar unidos y caminar de la mano hacia nuestro objetivo común: el bienestar general y la estabilidad económica. Las mujeres, dentro de cualquier nicho económico y social, tenemos la capacidad y el talento para influir en las distintas industrias. No bajemos la guardia; hemos llegado muy lejos, pero aún hay mucho por construir.
Por: Rubí Alvarado, directora general de Energy & Commerce.