El Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) desarrolló una metodología para evaluar la integridad de pozos petroleros a partir de sus diseños y la administración de su seguridad.
De acuerdo con el IMP, la metodología cuenta con procesos sistematizados que, en compañía de una herramienta informática, facilitará la revisión, verificación, control y diseño de los pozos de extracción.
La metodología ayudará a cumplir con los lineamientos regulatorios de las operaciones de los pozos. Del mismo modo, proporcionará un medio de identificación de información clave para la óptima toma de decisiones.
Asimismo, la metodología cuenta con procesos sólidos y sistematizados y concentra un amplio conocimiento de los expertos en la materia; con las características propias de los pozos del territorio mexicano, así como las recomendaciones internacionales de normas, estándares, procedimientos y otros.
“De esta forma, pueden llevarse a cabo las recomendaciones para la evaluación y administración de los riesgos operativos, las cuales tienen como soporte regulatorio las normas y estándares internacionales, como la noruega NORSOK D-010, de Integridad del pozo en operaciones de perforación y otras”, resaltó en un comunicado.
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Además, la metodología ayudará a establecer un tablero de indicadores que permitirán evaluar expedita y objetivamente el comportamiento e integridad de las instalaciones diseñadas; identificando de manera preventiva las posibles fallas durante su ciclo de vida.
“Asimismo, se da seguimiento al cumplimiento de los lineamientos de perforación de pozos que estipula la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH)”, agregó el IMP.
La metodología dará solución a los problemas más comunes en los pozos petroleros, entre los que se encuentran: fugas en tubulares, cabezales y válvulas; así como fallas en la cementación, lo cual podría presentar un brote y posteriormente el descontrol del pozo.
De acuerdo con el IMP, la aplicación de esta metodología es una solución técnica, operativa y organizacional para reducir el riesgo de un flujo no controlado de los fluidos del yacimiento (gas, petróleo y agua).