Generación eléctrica independiente, con el switch abajo. Por Efraín Mariano
La iniciativa constitucional de reforma eléctrica plantea reestructurar el mercado eléctrico de México, en beneficio de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Y en detrimento de las empresas privadas de generación.
En fechas recientes, Rocío Nahle García, titular de la Secretaría de Energía (Sener), aseveró que, con la reforma eléctrica, México cancelaría los contratos de proveeduría de energía eléctrica. Dichos convenios, actualmente los detentan las empresas privadas para dar paso a una subasta diaria de abasto.
La responsable de la política energética de México dejo en claro que las compañías privadas deben pagar por el porteo, o la transmisión de energía, tal y como se hace en otras partes del mundo.
Con la reforma eléctrica, el Gobierno de México busca revertir la liberalización del sector eléctrico y regresar el control del mercado a la CFE. Esa premisa echa por la borda muchos de los proyectos de generación eléctrica. Incluso, cierra por completo las puertas a proyectos independientes de generación.
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A comienzos del año, la empresa Bravos Energía canceló la primera subasta eléctrica entre particulares de largo plazo. El objetivo de la empresa era producir cerca de 30 millones de dólares anuales en intercambios de electricidad entre privados. Asimismo, ampliar la oferta eléctrica del país y aumentar la competitividad del mercado.
En su momento, la empresa aclaró que la puerta del proyecto seguiría abierta para tratar de aprovechar una mejor coyuntura del mercado. Sin embargo, la compañía también reconoció que la falta de certeza jurídica en México dificultaba el inicio de proyectos independientes en diversos sectores del país, incluyendo el rubro eléctrico.