Diálogo, política y acción para alcanzar la equidad de género
El diálogo sobre la búsqueda por la equidad de género en la industria y los caminos para alcanzarla ha ganado terreno en espacios de trabajo y en foros públicos. Sin embargo, es un objetivo que además de orientarse en la planeación de estrategias, debe contemplar la ejecución de prácticas concretas.
Empoderar a la mujer no sólo implica oportunidades para el género femenino, sino la apertura a la diversidad de ideas y habilidades para enriquecer cualquier proyecto. En este proceso, diversas empresas y personal del sector energético han dado pasos significativos; entre los que se encuentran: abrir espacios para reconocer los logros de las mujeres, crear redes de apoyo para orientar y apoyar a las profesionistas y establecer condiciones equitativas para la búsqueda de puestos de liderazgo.
La perseverancia y astucia de las mujeres, acompañada de las medidas anteriormente mencionadas, han contribuido a incrementar la presencia femenina en esta industria. No obstante, aún hay trabajo por hacer para fomentar la llegada de más mujeres a puestos estratégicos, impulsarlas a estudiar y crecer en carreras STEM y erradicar prejuicios sobre los roles de género en la vida profesional.
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Los logros de hoy deben ser la base para continuar creando oportunidades y reconocer a los profesionistas por sus aportaciones en el sector energético; que aún manifiesta desigualdades. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energías Renovables, en su informe “Renewable energy: a gender perspective”, dos tercios de sus encuestados consideran que las mujeres en el ámbito de energías renovables ganan menos que los hombres en el mismo puesto; incluso cuando la participación femenina en dicha área es mayor a la de petróleo y gas.
Hay prácticas que continúan sin una visión real de empoderamiento, a pesar del avance en el discurso. Las políticas de una empresa no deben enfocarse sólo en el porcentaje de personal femenino, sino en qué áreas hace falta su participación; el reconocimiento debe ser igualitario y en todos los niveles, permitiendo una conciliación entre la vida laboral y personal.
Continuar evolucionando a partir del panorama actual es tarea de mujeres y hombres; de instituciones educativas y empresas, de apoyo desde el hogar y la cultura. De tal forma, será posible llevar el respeto y empoderamiento a todos los aspectos de la cotidianidad.