El precio del gas, electricidad y petróleo está provocando una fuerte crisis energética entre los fabricantes europeos de fertilizantes.
Dos grandes compañías han recortado la producción al no poder asumir los costos con las tarifas energéticas tan elevadas.
La situación amenaza a la industria alimentaria al aumentar el riesgo de falta de suministros y precios más caros en los productos químicos, que tarde o temprano se trasladarán al cliente.
Probable reacción en cadena
Ayer los expertos esperaban una reacción en cadena con más compañías tomando la misma decisión. CF produce principalmente nitrato de amonio en las fábricas afectadas.
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El mercado leerá el mensaje como que es probable que cierren otros productores europeos, y los precios del nitrógeno seguirán aumentando.
El mercado de amoniaco para alimentos correrá la misma suerte. Una decisión así solo la toma una compañía cuando producir con elevados costes ocasiona grandes pérdidas.
Yara comercializa alrededor de un tercio del amoníaco del mundo, que se utiliza en fertilizantes, pero también se utiliza en industrias como la automotriz, textil, sanitaria y cosmética.
La compañía produce amoniaco en Europa en plantas en los Países Bajos, Alemania, Noruega, Italia, Francia, Reino Unido y Bélgica.
Los precios de los principales fertilizantes a nivel mundial ya estaban muy altos por la buena cosecha del año pasado y se han disparado tras el paso del huracán Ida en Nueva Orleans.
El fosfato de diamonio, o DAP, subió al nivel más alto desde 2008 y la urea, que se basa en nitrógeno, también se dispararon, informa Bloomberg.
Grave amenaza a economía
Una escalada en los precios de los fertilizantes o la falta de oferta supone una amenaza para la industria alimentaria y la economía en general, por la crisis energética.
Alza masiva en precios, denuncia la FAO
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Ha denunciado «aumentos considerables» en las cotizaciones internacionales del azúcar, trigo, carne y aceites vegetales, productos básicos que afectan a cualquier rincón del planeta.
En Francia, los altos precios de la energía están creando presión inflacionaria sobre todos los costes. Dichas presiones terminarán traspasándose a los clientes.
El índice de precios de alimentos básicos de la FAO desde hace meses está ofreciendo datos más que preocupantes para una crisis energética.
El precio del azúcar aumentó un 9.6% mensual en agosto, pero desde el año pasado se ha encarecido un 48%.
Los cereales suben 3.4% respecto a julio, pero 31% desde el año pasado. Mientras tanto el precio de la carne crece a un ritmo anual superior al 20%.
La FAO alude a numerosos problemas para explicar el encarecimiento de los alimentos desde origen como sequías o inundaciones en ciertos países
Por eso, dice que no sería sorpresivo ver más producción de nitrógeno y productos químicos en Europa inactiva en los próximos días hasta que los precios del gas se moderen.
El alza o la falta de disposición de los fertilizantes puede agravar la situación en el sector alimentario.
Los agricultores ya soportan un fuerte incremento de costos por el transporte y la falta de mano de obra, a lo que habría que añadir también los productos químicos que se utilizan en las cosechas.