La previa presentación ejecutiva del Plan de Negocios de Pemex que llevó a cabo el presidente de la República durante la conferencia mañanera del martes 16 de julio, aunado a las declaraciones del ex secretario de Hacienda (Carlos Urzúa) sobre sus diferencias con la política energética, está generado gran incertidumbre en la industria, bancos, analistas, calificadoras y especialistas del sector.
Bajo este contexto, Citibanamex indicó que los montos que el gobierno plantea reducir sobre los impuestos de la petrolera, para que alcance un presupuesto equilibrado en 2021, “son decepcionantes”. Al respecto, Peter Speer, analista de Moody’s para Pemex, manifestó: “El Plan de Negocios presentado por Pemex no cambió las expectativas sobre el desempeño financiero de la empresa”.
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Mientras tanto, Gonzalo Monroy, consultor y especialista del sector energético, afirmó que los montos de inversión anunciados para rescatar a la petrolera más endeudada del mundo, son menos de la mitad de lo que requiere para sostener la producción y recuperar otras áreas. Además, el Plan deja fuera a los farmouts o asociaciones estratégicas, que son una de las de las mejores herramientas con las que cuenta Pemex para tener producción, liquidez y sin una inversión inicial fuerte. Por su parte, Miriam Grustein, experta en temas energéticos, fue todavía más allá afirmando que el Plan de Negocios de la petrolera es un error que pagarán las siguientes generaciones en México.
Es claro que la estrategia de recortar impuestos e invertir recursos públicos durante tres años para rescatar Pemex —sin mejorar antes su eficiencia y, a la vez, construir una refinería que terminará costando más de 10,000 millones de dólares, para que después la Empresa Productiva del Estado rescate al país— simplemente no tiene ni pies ni cabeza, y tarde o temprano cobrará sus facturas. El tiempo no se detiene y hoy México está sobre una plataforma cargada de nostalgia, en algún lugar de Campeche, 40 años atrás.
Por: Jorge Armando García