ExxonMobil decidió abandonar sus proyectos en Rusia luego de que sus actividades se vieran significativamente reducidas por las sanciones de Estados Unidos.
El suspensión parcial del proyecto Sakhalin-1 obligó a las autoridades rusas a transmitir el prospecto a un operador ruso. La firma calificó la salida como una “expropiación” de su principal operación rusa.
“Puedo confirmar que hemos salido de Rusia de forma segura tras la expropiación”, señaló Meghan Macdonald, vocera de Exxon.
El proyecto Sakhalin-1 se fundó a mediados de los 1990 como un consorcio ruso-estadounidense administrado y operado por Exxon Neftegas Limited (ENL). Su objetivo fue la producción de petróleo y gas en la isla de Sajalín en alta mar, en el Lejano Oriente ruso. Opera tres campos en el mar de Ojotsk: Chaivo, Odoptu y Arkutun-Dagi. El año pasado alcanzó una producción de 227,000 barriles por día.
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Sin embargo, la compañía anunció en marzo el retiro de sus empleados estadounidenses y su intención de abandonar el proyecto. En abril declaró estado de fuerza mayor y redujo la producción de petróleo y gas, solo unas semanas después de la invasión rusa a Ucrania.
Desde el 15 de mayo, la actividad de producción del proyecto está prácticamente paralizada y aún no ha sido posible reiniciarla.
La operación es enormemente compleja. Tiene múltiples récords de los pozos más largos jamás perforados. Utiliza rompehielos para mantener las exportaciones cuando el mar se congela en invierno. Fue considerado una maravilla de la ingeniería cuando comenzó a bombear por primera vez en 2005.
ExxonMobil se había negado a trabajar con los petroleros rusos de Sovcomflot, en particular, al no reconocer el seguro de los buques rusos.
El 3 de agosto ExxonMobil anunció que estaba planeando transferir sus actividades operativas en el proyecto a alguien más, una entidad legal desconocida. Exxon poseía el 30% de las acciones del proyecto de petróleo y gas Sakhalin-1. Otros accionistas de dicho proyecto son Sodeco, de Japón, con 30%; ONGC, de la India, con 20%, y Rosneft, de Rusia, con 20%.
Sin embargo, el presidente ruso, Vladímir Putin, firmó el 5 de agosto un decretó que prohíbe la venta de acciones extranjeras de compañías estratégicas rusas; principalmente en el sector energético, sin la autorización del Gobierno ruso.
