Transición energética y financiamiento de proyectos verdes – Eneida Góngora Sánchez
La pandemia abre la puerta para la descarbonización. Sobre todo en las fuentes de matriz energética de nuestros países. Esto nos atañe a ciudadanos, emprendedores, empresas, academia, centros de investigación e innovación y gobiernos en el mundo; por supuesto con sus matices en Latinoamérica.
Tomemos en cuenta la definición de Green Finance for Latin America and the Caribbean. Plantea que “el financiamiento verde se refiere, de manera amplia, a inversiones financieras que se destinan a proyectos e iniciativas de desarrollo sostenible. También productos ambientales y políticas que fomentan el desarrollo de una economía más sostenible y un amplio espectro de objetivos ambientales. Incluye el financiamiento climático, pero no se limita a ella”.
Financiar las energías limpias puede hacer que las emisiones tomen un rumbo hacia la dirección de cero emisiones netas de nuestros países.
De acuerdo con el último Informe de financiamiento de la IEA, la inversión de energías limpias en países en desarrollo se redujo. La disminución fue de un 8% ubicándose en menos de USD 150.000 millones en 2020. Para 2021, sólo se espera un ligero repunte.
En un estudio reciente de IRENA y Wood Mackenzie de 2021, el panorama actual de instrumentos financieros incluye subsidios, deuda, financiamiento mixto y equity. Esto con fuentes de financiamiento como gobiernos, instituciones internacionales financieras, corporaciones; también fondos de capital de riesgo e infraestructura y comerciales, entre otros.
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La transformación en la transición energética debe empezar por un sistema fiable, que sea liderado por energías limpias, redes y eficiencia energética.
Es ahora cuando los actores financieros estarán más presentes. El resto de los involucrados esperamos que más receptivos; adaptándose rápido para dar soluciones a toda escala.
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