Tercerización de servicios, entre la legalidad y la simulación. Por: Efraín Mariano
El principal activo de una empresa es su capital humano. Delegar a un tercero funciones como la contratación y administración de personal puede restar hasta un 35% la carga operacional de una empresa. Ese porcentaje está comprobado, puede permitir a las empresas enfocar sus capacidades en áreas estratégicas para aumentar su eficiencia y productividad.
La subcontratación o tercerización de servicios, conocida como outsourcing, se ha convertido en una práctica clave para muchas empresas. Sus beneficios, en un contexto regulado, son integrales, tanto para empleador como para los empleados.
La tercerización de servicios aumenta la rentabilidad de la empresa, pues con el soporte de la subcontratación la empresa puede dedicarse a realizar sus actividades prioritarias.
Conceder a terceros funciones y responsabilidades no esenciales, como contratación y administración de personal –para enfocar sus capacidades en áreas estratégicas–; aumenta la eficiencia y la productividad en toda la cadena productiva. Facilita encontrar ayuda experta de forma temporal y sin compromisos a largo plazo; mejora el flujo de procesos y el suministro de servicios; pero principalmente, genera ahorros y eficiencia.
Sin embargo, en nuestro país, existen opiniones encontradas entre autoridades, sindicatos y organizaciones laborales sobre la práctica de la tercerización. El principal reto que enfrenta el sector de tercerización de servicios en México reside en exorcizar el fantasma de la ilegalidad. Las empresas de tercerización deben enfocarse en erradicar las prácticas irregulares de simulación; evasión fiscal y facturación falsa.
Las empresas de outsourcing deben alinearse a la legalidad para promover el empleo digno y decente; es decir, que más gente tenga trabajo bajo condiciones adecuadas, evitando la simulación y el registro incorrecto de salarios.
Eficiencia en la práctica
La historia dice que una empresa de tercerización legalmente constituida constituye una alternativa estratégica para el buen funcionamiento de una organización. La concientización, tanto a los empleados como a los empleadores; respecto de las correctas formas de contratación; es un punto que puede eficientar esa práctica.
Para Héctor Márquez, director de Relaciones Institucionales de Manpower la subcontratación legal es segura en México, debido a que la persona contratada como empleado, con sueldo y prestaciones reales, puede cotizar en el IMSS e Infonavit desde su primer día.
“La subcontratación del personal temporal, incluso, genera ahorros y es más eficiente para la mayoría de las empresas, por ello las compañías micro, pequeñas y medianas recurren al outsourcing”, destacó.
La tercerización, entre claroscuros
A finales del año pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que eliminaría la tercerización de servicios mediante una iniciativa de reforma de Ley.
Actualmente, en el periodo de sesiones del Senado de la República –que comprende del 1 de febrero y al 30 de abril–, se abordan decenas de temas prioritarios para el país, incluyendo la eliminación de la tercerización de servicios.
Hasta el momento, no se han logrado acuerdos tangibles. Sectores de la iniciativa privada y líderes obreros ya están buscado otros esquemas laborales ante la inminente desaparición del outsourcing.
Algunas empresas han decidido esperar a que el Congreso de la Unión llegue a una resolución en lo que toca a la tercerización; mientras que otras han comenzado a llevar a cabo cambios en su funcionamiento para intentar paliar, en la medida de lo posible, el impacto que acarrearía eliminar los esquemas de tercerización.
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Por el momento, la iniciativa proteccionista del Gobierno Federal procura tres puntos principales: eliminar la subcontratación de personal, regular tanto, la prestación de servicios especializados como las agencias de colocación. Al respecto, la Secretaría del Trabajo sería la encargada de expedir permisos y acreditar la legalidad de las actividades de dicho sector.
Expertos consideran que la tercerización de servicios debe ser un esquema laboral bien regulado y legalizado, principalmente porque algunas empresas escapan de la normatividad. La legislación actual contempla que el outsourcing debe constar por escrito que este esquema no debe ni puede servir para esquivar el cumplimiento de obligaciones patronales.
Este modelo lleva muchos años de operar en varios países del mundo. En México tiene casi una década de operaciones. El 20 de noviembre de 2012 se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la reforma a la Ley Federal del Trabajo que incluía al outsourcing. El 30 de noviembre de 2016 quedó consignada en el DOF la Reforma Fiscal; la cual incluyó modificaciones a la Ley del Impuesto sobre la Renta (LISR) y la Ley del Impuesto al Valor Agregado (LIVA) para fiscalizar adecuadamente la tercerización.
Tercerización en la industria energética
Ronald Coase, economista y ganador del Premio Nobel, calificó la tercerización como un elemento primordial en la organización de los negocios; sobre todo, en un contexto global y competitivo.
En la industria energética, en plena transición hacia la adopción de tecnologías más verdes; la tercerización ha jugado un papel estratégico. En esta industria, la subcontratación ha representado una elección integral para resolver necesidades clave.
El principal beneficio de un outsourcing en la industria energética, es dejar en manos de terceros, aquellas actividades que restan tiempo productivo o estratégico; optimizando así, sus procesos y favoreciendo su rentabilidad y productividad.
En la industria petrolera y eléctrica es muy común la contratación de operadores y empresas especializadas en toda la cadena productiva. Desde los segmentos de upstream, midstream y downstream; hasta los de generación, distribución y transmisión.
Las empresas productivas del Estado se han beneficiado de los esquemas de subcontratación; mediante los cuales han contratado a operadores para que le proporcione personal y servicios, con el fin de realizar tareas específicas; con el objetivo de reducir costos y superar obstáculos en las actividades productivas.
Las empresas de outsourcing legalmente constituidas, no solo garantizan el correcto manejo de capital humano; sino también ofrecen certeza operativa y soporte financiero; dos elementos importantes ante la actual crisis sanitaria, la cual, ha golpeado las finanzas de la mayoría de las empresas de la industria.
El gran conflicto de desaparecer la tercerización de servicios radica en que este esquema es necesario en una industria vez más especializada y compleja, donde las empresas no pueden operar sin delegar tareas.