Shell planea recortar el presupuesto de su negocio de fracking para liberar efectivo y reorientarlo a las energías renovables para el 2021.
La petrolera angloholandesa planea reducir alrededor del 40% de los gastos generales; incluyendo personal de la división de gas y petróleo del sector del shale en Estados Unidos para el próximo año.
El recorte del presupuesto puede alcanzar a siete proyectos en Estados Unidos, Canadá y Argentina, incluida la región central de shale de la Cuenca Pérmica y Vaca Muerta.
En forma interna, el plan de reducción de costos se llama Projet Reshape y afectará sus tres divisiones principales. Los ahorros se sumarán al objetivo de 4,000 millones de dólares para enfrentar la crisis mundial por el impacto del Covid-19.
La reducción de costos es vital para los planes de Shell de las energías renovables, donde los márgenes son relativamente bajos.
Ben van Beurden, CEO de Shell, ha señalado que ya no dirige una compañía petrolera y que ahora avanzan en su transición energética.
“No es fácil dirigir una empresa de petróleo cuando las personas dejan de necesitarlo de repente”, acotó Van Beurden.
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La crisis petrolera mundial agudizó los desafíos financieros de la petrolera angloholandesa. La empresa sigue cargada de deudas por su adquisición de BG Group por 53 mil millones de dólares en 2015.
Shell detuvo proyectos como el de LNG de Lake Charles en Estados Unidos, el Joint Venture con Gazprom para el campo MNG en Rusia; y varios proyectos de incremento de capacidad de refinación.
En el segundo trimestre, Shell observó una pérdida en los ingresos de 18,100 millones de dólares.