Shell reportó un beneficio neto de 6,700 millones de dólares en el tercer trimestre, gracias a los altos precios del petróleo y el gas.
El resultado se compara con una pérdida después de impuestos de 447 millones de dólares en el periodo junio-septiembre del año pasado.
“Estamos obteniendo unos resultados sólidos en un momento de continua volatilidad en los mercados energéticos mundiales”, resaltó el director ejecutivo de Shell, Ben van Beurden.
Sin embargo, el último beneficio fue mucho menor en comparación con su beneficio neto del segundo trimestre, que ascendieron a un total de 18,000 millones de dólares.
Aunque los precios del petróleo y el gas han subido tras la invasión rusa de Ucrania, los valores de los hidrocarburos se están enfriando. Lo anterior porque los países del hemisferio norte experimentan temperaturas suaves y refuerzan los suministros.
Te puede interesar: Shell invertirá 1,500 mdd en proyecto de gas licuado
Los precios del gas natural licuado (GNL) se han disparado este año a medida que Moscú recorta progresivamente el suministro del hidrocarburo a Europa.
Las sanciones occidentales impuestas a Rusia, que figura entre los principales productores de petróleo y gas del mundo, en respuesta a su invasión de Ucrania en febrero, contribuyeron a elevar los precios del gas en Europa hasta un máximo histórico en agosto.
En las últimas semanas han bajado mucho, ya que Europa ha llenado los depósitos de gas y las temperaturas han sido inusualmente moderadas; sin embargo, los precios siguen siendo más altos que hace un año.
Adicionalmente, el mayor operador de GNL del mundo, Shell, perdió parte de los beneficios de la subida de precios. Tras una caída de la producción por las huelgas en la planta australiana de Prelude. Igualmente dijo que sus operaciones se vieron afectadas por “diferencias sustanciales entre el papel y la realidad en un mercado volátil y dislocado”.
