No nos podemos acostumbrar a que la seguridad pública se descomponga cada vez más rápido, a que relajemos nuestra capacidad de asombro y a tener 152 alcaldes asesinados de 2006 a la fecha. Tampoco podemos normalizar 126 agresiones a militares en lo que va del año, el incremento al derecho de piso de hasta $500,000 pesos a la semana en algunos complejos comerciales; ni sucesos violentos como los ocurridos recientemente en Michoacán, Guerrero y Culiacán.
Debe extirpase para siempre el cáncer que representan las policías estatales y municipales. Por lo pronto, es muy importante que todos los mandos policiacos dependan de un Colegio Nacional de Mandos de la Guardia Nacional.
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El manejo de la seguridad estatal y municipal ya no debe depender de los caprichos de las autoridades, quienes, además, deben aprovechar que Morena tiene mayoría en el Congreso para que la Guardia Nacional sea transexenal. De esta manera, ya no dependerá de actores políticos y será un organismo de desarrollo profesional para sus integrantes. Así, no se conviertirá en una ocurrencia de cada nueva administración eliminar a los cuerpos policiacos creados para hacer otros nuevos.
Por otro lado, deben lograr, a través de la mayoría legislativa, que la Guardia Nacional no sea solamente un cuerpo de apoyo ante el problema de la inseguridad, sino, por el contrario, que sea la única responsable de la seguridad pública a nivel nacional.
Por: Lic. Alejandro Desfassiaux, Presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial (GMSI)