Pemex en el umbral de las elecciones de 2024, por Fluvio Ruíz Alarcón. Dado que aún conserva una gran carga simbólica, sin duda alguna, el sector petrolero será uno de los temas fundamentales de discusión en las próximas elecciones de este 2024. Varios aspectos de la arquitectura institucional del sector, así como el papel del Estado y su empresa productiva estarán en el debate político.
En esta breve serie de textos, adelantaremos algunos que, por su importancia y relación con políticas públicas de diversa índole. Difícilmente serán sustraídos de la competencia electoral que se avecina.
En virtud de que está relacionado indisolublemente con la naturaleza e historia de Petróleos Mexicanos, un punto que sin duda será debatido tiene que ver con el nivel de producción de petróleo.
En este sentido, la producción de crudo de Pemex, sin considerar la que les corresponde a sus socios, ni la extracción de condensados. Se había venido recuperando de manera lenta, aunque sostenida, desde un piso de 1.556 millones de barriles diarios en diciembre de 2022. Hasta los 1.573 millones de barriles que informaron las Estadísticas Petroleras del pasado mes de septiembre.
Sin embargo, la producción cayó a 1.563 millones de barriles diarios en octubre y a 1.546 en noviembre. Este nivel de producción es 8.25% inferior al reportado en el mismo mes de noviembre de 2022.
La evolución de la producción de crudo descrita en el párrafo anterior, pareciera mostrar los límites de la llamada exploración de jardín. Como estrategia para revertir la caída en la extracción de petróleo iniciada tras el pico de producción de 2004. Este proceso debería llevar a Pemex revisar su decisión de restar importancia al desarrollo del potencial en aguas profundas que, inevitablemente, es la futura frontera geológica de México.
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Como lo hemos afirmado antes en este mismo espacio, sería un error en el largo plazo, cesar los esfuerzos exploratorios. De formación de recursos humanos, mejoramiento de capacidades de gestión e impulso a la investigación, innovación y asimilación tecnológica en este campo.
De hacerlo, nos estaríamos condenando a que, cuando incursionemos de lleno en aguas profundas, lo hagamos en forma subordinada con operadores trasnacionales. Por no contar con recursos humanos suficientes, capacidades de gestión adecuadas, desarrollos tecnológicos propios o ni siquiera el conocimiento de nuestro potencial petrolero.
La aparente insuficiencia de la actual estrategia para incrementar la producción de petróleo crudo, combinada con las proyecciones de incremento en el mediano plazo, de la producción de los operadores distintos a Pemex que obtuvieron contratos en las rondas licitatorias efectuadas en la administración de Enrique Peña Nieto, muy probablemente aliente durante la campaña electoral, el debate sobre la pertinencia de realizar. Así sea en forma muy acotada, nuevas rondas licitatorias con el objeto de incrementar la producción nacional de petróleo.
Un posible resultado de un debate de ese tipo durante el proceso electoral, pudiera ser el relanzamiento de las alianzas de Pemex con operadores internacionales. Aunque sobre bases distintas a las vigentes. Es decir, ya no como simples paliativos de la insuficiencia presupuestal de nuestra petrolera, sino privilegiando los sitios donde sean necesarias para compartir riesgos geológicos. Incluyendo, tener acceso a nuevas tecnologías, formar cuadros técnicos, mejorar la capacidad de gestión o aprender a operar en condiciones geológicas distintas a las de nuestro país.
Lee el artículo completo aquí: Pemex en el umbral de las elecciones de 2024(Parte I)