El Banco Norteamericano de Desarrollo, NADBANK por sus siglas en inglés, es una perfecta oportunidad para el desarrollo bilateral de infraestructura verde, sostuvo Gerónimo Gutiérrez Fernández, ex director de dicha institución, en una columna de opinión aparecida en el diario Rio Grande Guardian.
Recuperada por el medio Energy Capital, Gutiérrez, que ahora funge como asesor senior de la compañía Covington and Burling, discutió en su columna sobre la relevancia que el banco verde tiene para los tiempos que corren; de gran contraste político entre las estrategias de Estados Unidos y México en materia de energía.
En su portal, la revista cita a Gutiérrez cuando argumenta que el NADBANK fue el primer banco verde que jamás existió; en este sentido, su papel es precisamente el de promover el desarrollo de infraestructura verde, particularmente en la zona fronteriza de Estados Unidos y México. “Lo que sucede en la frontera resuena en la opinión publica de ambos países”, escribe Gutiérrez.
Ante la crisis climática, los gobiernos del mundo han buscado financiar y desarrollar proyectos de energías renovables. Este tema ha cobrado una relevancia particular en las agendas públicas y políticas de los gobiernos. No obstante, los enfoques opuestos a través de los cuales México y Estados Unidos pretenden enfrentar el problema, han provocado tensiones entre ambos presidentes.
De modo tal que, el NADBANK sería el perfecto aliado entre ellos para mediar el desarrollo de infraestructura para este tipo de proyectos; el papel del banco sería el de “una palanca” o “una base” a partir de la cual Joe Biden y López Obrador desarrollen sus agendas energéticas para el futuro.
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NADBANK con sólida historia como procurador de soluciones de energía verde
Los 25 años de experiencia con los que cuenta la institución, le permitirían jugar un papel estabilizador, mediador entre los dos gobiernos y sus relaciones bilaterales, argumenta Gutiérrez.
Además, subraya, “el banco se encuentra financieramente saludable, con espacio para crecer su portafolio; considerando que, recientemente, se le autorizó un incremento a su capital por parte de sus accionistas”.
Gutiérrez pone énfasis en el hecho de que, en su junta directiva, el banco cuenta con representantes de estado de ambos gobiernos, incluida la Agencia de Protección Medioambiental, de U.S.A y su contraparte mexicana; de modo que el banco cuenta con un enfoque gubernamental.
Durante más de 20 años la institución ha sido un sólido financiador y proveedor de soluciones de energía renovable para ambos países, habiendo desarrollado cerca de 3 giga watts de electricidad renovable, en 35 proyectos eólicos, solares y de biomasa.
“Ha enfrentado las dificultades de tomar decisiones financieras sólidas para proyectos de infraestructura sostenible,” dice Gutiérrez; todo por lo cual el banco sería un aliado ideal para la expansión de este tipo de infraestructura; especialmente cuando, en México, se ha apostado por una “estrategia sumamente equivocada”.