Alonso de Llanes

Instituciones católicas demuestran su liderazgo moral frente al cambio climático

Instituciones católicas demuestran su liderazgo moral frente al cambio climático

Mientras se celebran en Azerbaiyán las negociaciones de las Naciones Unidas sobre el clima, en nuestro país ha surgido un sorprendente líder de la acción climática: la Iglesia católica. Las instituciones católicas están demostrando su liderazgo moral en la crisis climática.

 

Los católicos están unidos en esta misión porque ven la necesidad urgente de proteger este planeta, nuestra casa común, de las consecuencias del cambio climático. Nuestra nación ya ha visto cambiar los patrones de precipitaciones, aumentar la intensidad de los ciclones tropicales y subir el nivel del mar a medida que el clima ha ido cambiando.

 

Esta peligrosa imprevisibilidad está provocando la pérdida de vidas, de hogares y de estabilidad económica. No sólo nuestro planeta sufre cuando lo maltratamos. Como ven los líderes católicos, todo está conectado, y para cuidar de toda la humanidad y de seres vivos, debemos cuidar del hogar que compartimos.

 

Una respuesta moral a la crisis que enfrentamos requiere no sólo oración, sino acción. Hasta la fecha, casi 150 instituciones católicas mexicanas se han inscrito en la Plataforma de Acción Laudato Si’ del Vaticano. Se trata de una herramienta que ayuda a las instituciones a trazar su camino hacia la sostenibilidad plena. Estas instituciones incluyen parroquias locales, comunidades de religiosas y religiosos, escuelas, universidades y más. Están situadas de sur a norte, en pueblos pequeños y en grandes ciudades.

 

En toda su diversidad, estas instituciones católicas se han unido para introducir cambios concretos en su funcionamiento. Ahorran energía, preparan a sus comunidades para los efectos del cambio climático y rezan por un cambio de actitud de quienes tienen el poder de tomar decisiones aún más importantes.

 

Solidaridad con la ecología

 

Más allá de la propia Iglesia, las instituciones católicas se solidarizan con todos. Por ejemplo, en Ciudad de México, el Movimiento Laudato Si’, la Comisión de ecología integral de la Arquidiócesis de Ciudad de México y la Alcaldía Gustavo Madero se han unido para preparar un programa de formación ecológica para los peregrinos que participarán en la peregrinación de la Virgen de Guadalupe. Juntos, 13 millones de personas tendrán la oportunidad de conectar los valores de su fe con sus estilos de vida y opciones de sostenibilidad.

 

A través de este programa, las instituciones católicas están encontrando formas de extender su servicio más allá de las puertas de la Iglesia. Están codo con codo con socios que buscan urgentemente formas de integrar el cuidado de nuestra casa común en la vida cotidiana de los mexicanos. En todo el país, los católicos y sus aliados de la sociedad civil están avanzando, paso a paso, para asegurar que nuestro planeta sea protegido. Por el bien de todos los que lo compartimos.

 

En comparación, uno desearía que los negociadores de la ONU sobre el clima en Azerbaiyán tuvieran la mitad de moral. El presidente azerbaiyano ha afirmado que el petróleo y el gas, impulsores del cambio climático que tanto sufrimiento causa a todos, son un “regalo de Dios”. La OPEP ocupará un pabellón en la conferencia, donde los productores de petróleo promocionarán el “papel del petróleo para un acceso sostenible a la energía”.

 

Organización de Naciones Unidas

 

Tales posturas son una tragedia. Sobre todo, son una tragedia para dichos dirigentes que se niegan a ver que el mundo avanza sin ellos. Las instituciones católicas, los líderes de la sociedad civil y la gente corriente de todo el país saben que la nueva economía energética está llegando. La única pregunta es con qué rapidez llegaremos a ella.

 

Por ello, debemos aprovechar ahora la oportunidad de prepararnos para la próxima negociación de la ONU sobre el clima. La cual tendrá lugar en Brasil en noviembre de 2025. Tenemos la oportunidad de demostrar que los países que cuentan con el respaldo del liderazgo moral de los católicos pueden hacer más.

 

Podemos proteger nuestra casa común y a todos los que la comparten. Podemos hacer de la resolución de la crisis climática una prioridad.

 

Alonso de Llanes 

Alonso de Llanes

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