Cadena de impactos en el sector de hidrocarburos
Recientemente, la CNH y Pemex publicaron sus informes con las cifras o datos de producción del año 2019; los cuales, de cara a las necesidades de hidrocarburos del país, no resultan alentadores.
En el caso de la empresa nacional, terminó el año 2019 con una producción 1,706 mbpd, lo cual representa una disminución del orden del 7% con respecto al fin de año 2018. En cuanto a los privados, terminaron en el orden de los 100 mbpd al mes de diciembre (47 mbpd promedio año).
Cuando decimos poco alentadores, nos referimos al aporte que están haciendo al sector de servicios en particular y al PIB del país en lo general. Esto está relacionado con la necesidad de impulsar el crecimiento económico; generar empleos directos e indirectos y detonar esa tendencia de mejora en la calidad de vida de las familias que componen el núcleo social de las entidades federativas donde se ubican las cuencas de hidrocarburos.
Para tener una mejor idea de la dimensión del apoyo que el sector de servicios le brinda a Pemex, podemos tomar como ejemplo la actividad más importante de exploración y producción de hidrocarburos: la perforación de pozos, sean estos exploratorios, de desarrollo o de producción; misma que requiere la integración de alrededor de 40 contratos de servicios para cumplir con ese propósito.
También te puede interesar: Repensando el talento: la longevidad y su impacto
La perforación de un pozo puede requerir la integración de 40 servicios de diferente tipo, desde el diseño de la ingeniería, el equipo de perforación; los servicios de lodos para la perforación, herramientas, barrenas y hasta alimentación y descanso del personal. Hoy día, un contrato de servicio integrado incorpora todos estos elementos que, normalmente, son subcontratados por la empresa líder responsable de la perforación, o la empresa líder de servicios; como las multinacionales Schlumberger, Halliburton o Baker Hughes por solo nombrar tres de las más reconocidas.
Esta multilateralidad de servicios se traduce en empleos directos e indirectos. Unos de alto nivel técnico y habilidades operativas; otros de apoyo de gestiones transaccionales y quizá muchos más que se obvian en la cadena de valor: esas familias que se ubican con sus negocios muy cerca de donde se realizan actividades de perforación. Ellas proveen alimento, bebida, agua; hielo y hasta botanas que el trabajador lleva en su mochila para comer cuando el tiempo y la actividad lo permiten.
De allí la importancia de que Pemex reciba a tiempo los flujos de efectivo que requiere, para poder cumplir sus compromisos con las empresas que le apoyan. Al no pagar Pemex, se detona una cadena perversa de incumplimiento que afecta desde al empleado de alto nivel técnico que recibe con retraso; o no recibe sus pagos catorcenales; hasta a las madres que atienden sus negocios y que fían sus productos. Esperando cobrarlos tan pronto el trabajador reciba su pago. De allí se deriva una situación grave; que en muchas ocasiones obliga a los trabajadores a buscar préstamos costosos para solucionar esos retrasos.
Lee también: México necesita fortalecer la Capacidad de Ejecución
El caso de las empresas privadas internacionales es diferente. Por un lado, cuentan con sus presupuestos y flujos de caja que trabajan como un reloj suizo, nunca fallan. Y por otro, el uso de los servicios locales es mínimo, pues la contratación que hacen incluye todas las necesidades y la empresa líder de ese contrato de servicios integrados pone todo. Gran cantidad de esos servicios son internacionales. El aporte de estas empresas al PIB local es relativamente bajo, pequeño, su aporte grande es al gobierno vía impuestos y regalías comprometidas en los contratos de producción compartida o licencias.
En el caso de las empresas medianas y pequeñas, que no reciben sus pagos en el tiempo acordado contractualmente, viven atemorizadas, con dudas y expectativas día a día. Pues su flujo de efectivo es limitado, y lograr el apoyo de bancos es cada día más difícil debido a la imagen de incumplimiento que Pemex se ha creado en el sector. Esto genera una incertidumbre en todos los niveles de la cadena productiva, que también impacta las economías locales de los estados donde realizan sus operaciones.
De allí que el sector energético necesita decisiones gubernamentales y también ejecutivas. La SHCP debe cumplirle a Pemex con sus asignaciones presupuestales mensuales o trimestrales. Pemex debe cumplirle a las empresas que le apoyan en sus actividades operativas. También, los bancos deben jugar un rol de apoyo más activo con aquellas empresas que requieren esquemas de factoraje y financiamiento.
El gobierno y las comisiones de energía del Congreso de la Unión deben involucrarse más en esta realidad del sector; con el fin de lograr que Pemex cumpla con los programas de desembolsos o egresos comprometidos por las empresas nacionales medianas y pequeñas.
Por: Luis Vielma Lobo