Hitachi Energy tiene para México una lógica táctica con un horizonte de varias décadas. “Nuestra filosofía es japonesa: pensamos a largo plazo y sabemos adaptarnos a cualquier escenario geopolítico o comercial”, subrayó Anthony Allard, vicepresidente para Norteamérica.
Visión estratégica a largo plazo
Esa mirada permitió a la firma comprometer US $6,000 millones adicionales de capital global entre 2024 y 2027 —250 millones ya anunciados para Norteamérica— y reservar capacidad de producción a clientes que demandan hasta seis meses de producción continua de grandes transformadores. El objetivo: garantizar oferta en un mercado que los propios directivos califican como “super‑ciclo” de electrificación.
Expansión en la capacidad de producción
El buque insignia de esta nueva etapa es la planta de transformadores en Reynosa, Tamaulipas, cuya primera fase —US $70 millones y 200 empleados iniciales— arrancará operaciones comerciales en septiembre. En proyección, la instalación añadirá hasta 600 puestos de trabajo. Cubrirá la producción de transformadores monofásicos y trifásicos de distribución para EE. UU., Canadá y México. Se suma a un ecosistema que incluye un Centro de Servicios Compartidos en San Luis Potosí y sedes comerciales en Naucalpan, Querétaro, Monterrey y Guadalajara. Con ello, la huella local, al momento, ya supera los 350 colaboradores y los US $78.2 millones en ingresos anuales. Respaldada por 60 años de presencia ininterrumpida en el país.
Inyección de capital para redes y manufactura
La compañía dividirá las inversiones mexicanas en dos frentes. El primero es la ampliación industrial: una “fase 2” en Reynosa. Para transformadores de potencia (> 200 MVA) y módulos STATCOM, alineada con la escalada de los data centers y la electrificación ferroviaria. El segundo es la modernización de la red de transmisión.
“México necesita reforzar la red antes de añadir más generación: ahí está el cuello de botella”, puntualizó Luis Flores, director general de Hitachi Energy México. El plan México de la empresa combina I+D, financiamiento preferencial y acuerdos de capacidad con proveedores locales de acero eléctrico y resinas para asegurar la cadena de suministro.
Talento y cadena de valor local
Los recursos humanos son un pilar explícito. “Estamos invirtiendo en la fuerza laboral local, no solo en empleos de oficina, sino en manufactura avanzada”, recalcó Tanya Wright, vicepresidenta de Marketing y Comunicación. Programas con universidades en San Luis Potosí y el norte del país ya incuban ingenieros mecatrónicos y especialistas en ciberseguridad de redes. Paralelamente, acuerdos de largo plazo ayudarán a acereras mexicanas y productores de resina epóxica. A reducir en 18% el costo logístico de tanques y bobinas, y recortarán 1,300 t CO₂e anuales por transporte.
Portafolio sostenible y reducción de emisiones
La empresa se ha fijado la neutralidad de carbono operativa para 2030 y una reducción de 50% en su cadena de valor. Su portafolio Iconic —interruptores GIS y subestaciones encapsuladas libres de hexafluoruro de azufre— ya opera en pilotos en Europa. Y prevé la primera instalación mexicana en 2026.
Hitachi Energy posee el 76% de la base instalada de interruptores de generador y el 80% de los sistemas FACTS del país. La migración a gases alternativos permitiría abatir 310,000 t CO₂e de potencial de calentamiento global a lo largo del ciclo de vida de estos equipos.
Integración con el boom renovable
La nueva Estrategia Nacional del Sector Eléctrico proyecta 64,979 MW de capacidad limpia en 2030, con 45 % de generación renovable. Igualmente, la energía solar por sí sola podría aportar hasta 1,800 GW técnicos gracias a irradiaciones superiores a 5.5 kWh/m² día. La expansión HVDC —tecnología en la que Hitachi Energy supera los 150 GW instalados globalmente— es clave para trasladar esos electrones desde los desiertos del norte a los polos industriales del Bajío y el centro. La compañía ya negocia con CFE estudios de pre‑factibilidad para dos enlaces multi‑terminal de 800 kVdc y 6 GW cada uno. Capaces de reducir pérdidas de transmisión en 35% respecto a líneas HVAC equivalentes.
Acuerdos marco y financiación innovadora
Otro eje son los contratos marco a 10–15 años con utilities y grandes consumidores. La firma propone esquemas “capacity‑reservation” para transformadores y STATCOM, similares a los que ya demanda la industria de data centers. Bajo este modelo, un operador aparta, por ejemplo, 150 unidades de transformadores de 60 MVA a recibir entre 2026 y 2030, pagando un fee anual de reserva (2–3 % del CAPEX) que se descuenta al momento de la entrega. El beneficio: certidumbre de plazo en un mercado donde los lead times de grandes transformadores pasaron de 12 a 36 meses post‑pandemia.
Impacto económico regional
Solo la fase inicial en Reynosa añadirá 40 millones de dólares anuales en compras locales de acero, cobre y servicios logísticos. Con un multiplicador de 2.3 de Producto Interno Bruto manufacturero, el efecto neto en la economía de Tamaulipas superará los US $90 millones por año y 1,400 empleos indirectos. A nivel país, las oficinas de ingeniería de Ciudad de México gestionan más de 2,700 interruptores de alta tensión en servicio. Con un mercado de modernización valorado en US $120 millones hasta 2030.
Diálogo con CFE y marco regulatorio
El gran reto sigue siendo normativo: las especificaciones de la Comisión Federal de Electricidad obligan a encapsular equipos en hexafluoruro de azufre. Lo cual debe evolucionar para ser más amigables con el ambiente. “Trabajamos con los comités de gases y medio ambiente para homologar las normas mexicanas a los estándares IEC, que solo exigen aislamiento en gas”, explicó Karla Salinas, market manager y responsable de productos GIS de Hitachi Energy.
Una vez modificada la NOM, la compañía prevé reconvertir la línea de ensamblaje de Reynosa para producir GIS de 145 kV con mezcla eco‑fluida. Incrementando el contenido local del equipo del 42% al 58%.
“México seguirá siendo un mercado prioritario; nuestra vocación es fabricar donde se consume la energía”, remarcó Luis Flores.
Allard complementó: “Podemos adaptar nuestra huella global para minimizar cualquier impacto arancelario, pero el corazón industrial latinoamericano late aquí”.
Por su parte, Wright enfatizó la dimensión social. “Fortalecer la red norteamericana exige talento local; por eso nuestros programas universitarios comienzan en el aula y terminan en la planta”.
Financiación verde y alianzas con banca multilateral
Complementariamente, Hitachi Energy desarrolla un fondo de bonos verdes de hasta US $250 millones con vencimiento a 12 años y cupón vinculado a KPI de intensidad de carbono. El vehículo financiará subestaciones compactas para proyectos fotovoltaicos y eólicos bajo la Ley de Transición Energética. Entre los ancla figuran la Corporación Financiera Internacional y bancos de desarrollo mexicanos, con la meta de movilizar 700 MUSD totales.
Con US $70 millones ya materializados, compromisos de expansión en la producción y un portafolio tecnológico alineado a la descarbonización, Hitachi Energy prepara el terreno para que industriales, utilities y grandes consumidores mexicanos accedan a equipos críticos sin dependencias logísticas excesivas. La compañía integra manufactura, I+D y financiamiento en una oferta de valor que anticipa el doble de demanda eléctrica nacional para 2050.
La ventana para asegurar equipos, acordar capacidad y participar en una cadena de suministro resiliente está abierta ahora. Las cifras respaldan la premisa, la tecnología está lista y la hoja de ruta a 2030–2050 exige acción inmediata.