El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se defendió de las críticas recibidas tras ordenar el ataque aéreo que culminó con la muerte del general iraní Qassem Soleimaní.
“Actuamos la pasada noche para frenar una guerra. No actuamos para iniciar una guerra”, aclaró Trump desde su club privado Mar-a-Lago, en West Palm Beach (Florida).
A pesar de sus palabras para bajar la tensión, el mandatario avisó que está preparado para tomar cualquier acción para proteger a los americanos de Irán.
Trump ha afirmado que Soleimaní “estaba planeando ataques inminentes contra diplomáticos estadounidenses y miembros de las fuerzas armadas en Irak, Líbano, Siria, y en la región.
“Soleimani porque planeaba matar a muchos estadounidenses. Debio ser aniquilado hace muchos años”, tuiteó Trump.
En ese sentido, Trump resaltó que el ataque ha sido orquestado en defensa propia. “Estados Unidos tiene el derecho inherente de defenderse si se enfrenta a un ataque”, aseveró.
La decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de ordenar la muerte del poderoso comandante iraní, Qassem Soleimaní supone una arriesgada apuesta por intimidar a Irán. Ha desatado entre los aliados de Washington el temor a una nueva guerra en Oriente Medio.
El ataque intensificó la tensión entre Washington e Irán. Teherán juró emprender fuertes represalias por la muerte de su alto líder militar.
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El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jameneí, ha jurado que vengará la muerte de Soleimaní y la del vicepresidente de la Multitud Popular iraquí, Abu Mahdi al Mohandes. Ambos muertos resultaron muertos este viernes en un ataque estadounidense con drones en el aeropuerto internacional de Bagdad.
En respuesta, según medios estadounidenses, Washignton ha enviado 3,000 solados a Medio Oriente. “Estamos preparados para responder”, reafirmó Mike Pompeo, Secretario de Estado de Estados Unidos.
“Hemos pensado mucho sobre esto. Pero recuerden, ellos nos han estado atacando durante meses”, agregó.