A mayor interés de las sociedades y gobiernos del mundo de comprometerse a una más decidida transición energética, las empresas petroleras que dominaron el mercado de antaño se enfrentan a una decisión definitiva: dar por terminada la época de oro de la explotación petrolera o adaptarse a las nuevas demandas sociales. Las empresas petroleras son, en su sentido más básico, empresas energéticas, por lo que todas aquellas empresas serias apuntan hacia esta transformación.
Uno de los cambios más transcendentales del 2018 fue el cambio de nombre de Statoil, la empresa petrolera estatal noruega, a Equinor; con la finalidad de separar su imagen del petróleo. Pero no termina ahí, la compañía tiene planeado desarrollar un portafolio de energía eólica offshore con una capacidad de 12 GW para 2030; algo así como el 30% de la capacidad instalada de CFE.
Por su parte, BP recientemente anunció que será una empresa neutral en emisiones de carbono para 2050; lo que implicaría un cambio de estrategia comercial para concentrarse en las energías renovables. No es sorpresa que la petrolera británica haya invertido en diferentes empresas de captura de carbono; generación solar fotovoltaica y sistemas de carga ultra-rápida de vehículos eléctricos.
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Shell es considerada la líder en esta transición hacia empresas de energía. A finales del año pasado, la empresa adquirió una empresa de comercialización de energía totalmente renovable en el Reino Unido que, actualmente, suministra energía a 200,000 hogares en la isla.
Este no es un hecho aislado y empresas como Total, Repsol, e incluso Saudi Aramco, están transitando para convertirse en empresas de energía integrando portafolios eléctricos, renovables y de electro-movilidad; por medio de adquisiciones de start-ups, inversiones en empresas medianas y alianzas estratégicas.
Las empresas que condujeron la historia energética del siglo XX se preparan para enfrentar los cambios del siglo XXI y adaptarse como lo que son en su núcleo: empresas de energía. Ante este nuevo panorama, es indudable que las compañías petroleras competirán por consolidarse como líderes que conducirán el futuro del sector energético de este siglo.
Por: Yolanda Villegas y Paul Alejandro Sánchez
Yolanda Alicia Villegas es egresada del Tec de Monterrey y cuenta con Maestría en Derecho Internacional por la EGAP del Tec de Monterrey. Ha cursado diversos diplomados en universidades nacionales e internacionales en temas como arbitraje, contratos; derecho ambiental y energético, economía y ciencias sociales, entre otros. Es miembro de la BMA, AMDE; ANADE y de la Fraternidad Internacional de Abogados PHI DELTA PHI. Fue titular de la Comisión de Energía y Vicepresidenta de la ANADE Nuevo León; así como Consejera Editorial en Materia de Energía del Periódico El Norte y actual miembro del Consejo Consultivo Nacional de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Cuenta con más de 14 años de experiencia en derecho corporativo, internacional; energético y de propiedad intelectual. Actualmente, trabaja en Vitol, la compañía de trading de energía más grande del mundo; siendo responsable del área jurídica, regulatoria y de cumplimiento en México. Además, se desempeña como Consejera Nacional de la UANL.
Paul Alejandro Sánchez es Doctor en Política Pública con 12 años de experiencia en el sector energético; ha participado en los sectores público, privado, social y académico. Actualmente, es director de Ombudsman Energía México y profesor en la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey.
