Bancos oolíticos, sistemas progradacionales del Jurásico Superior Kimmeridgiano, oportunidad como yacimiento profundo.
El análisis integrado de la información sedimentológica-estratigráfica de los campos productores en el área de estudio y las herramientas la estratigrafía de secuencias y análisis de microfacies; nos permitieron reconocer la geometría del ambiente de depósito y genética asociada a la calidad de la roca almacén
Asimismo, el estudio permitió localizar la percepción predictiva de esta, en localizaciones tanto de desarrollo como estratégicas, evaluando la certidumbre de asertividad.
Durante el estudio se estableció que para el Kimmeridgiano las rocas productoras son depósitos de complejos de bancos oolíticos, post banco y facies retrabajadas; donde los sistemas porosos son por porosidad interparticular en grainstone-packestone de oolitas o aloquímicos de tamaño medio a grueso, por dolomitización en un modelo de sepultamiento somero.
Los trabajos analizaron un yacimiento productor localizado en la parte más occidental del área productora de dolomías, una porción que sufrió de basculamiento en dirección N–NW; debido al empuje salino en la zona Sur del área de estudio, quedando posicionada en un alto estructural, concluyendo que este yacimiento se relaciona a una trampa de tipo combinado.
La columna geológica, asimismo, se detectó principalmente por procesos de tectónica salina, la cual controló y modeló la sedimentación del área de estudio; generando trampas estratigráficas principalmente y estructurales en mucho menor proporción o incluso la mezcla entre estas dos.
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Sin embargo, durante el estudio se observó que la estructura de los campos fue empujada hacia el N–NW por un gran domo salino; dicho cuerpo salino fue interpretado en la sísmica y lo corroboran algunos pozos de los campos que cortaron sal.
La evolución sedimentológica-estratigráfica estuvo influenciada por el movimiento de las masas salinas en gran medida tanto en los ambientes de depósito de los sedimentos; como en la deformación progresiva de la estructura de estos campos, evidenciado por la variación de espesores estratigráficos de las columnas que cortaron los pozos.
En las rocas productoras del Jurásico Superior Kimmeridgiano se definieron principalmente dos facies. La primera facies correspondió a los complejos de bancos oolíticos, dentro de los cuales se observaron variantes como barras de crestas con dirección al mar; facies complejas de bancos y barras de arenas, todos estos correspondientes a un ambiente de rampa interna a media carbonatada.
Asimismo, la segunda facies productora se encontró en la parte occidental, en dolomías mesocristalinas, cuyo origen se propuso mediante la influencia de la movilización de sal; el cual produjo una dolomitización temprana de baja temperatura, explicado dentro de un modelo de sepultamiento somero.
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La evolución del modelo sedimentario–estratigráfico generado durante el depósito de las rocas que actualmente conforman el yacimiento; que explica de forma aceptable el actual comportamiento dinámico de los campos, dejando ver que solo se ha alcanzado el yacimiento de forma somera.
En conclusión, este trabajo no solo propone la perforación de nuevos pozos, sino la profundización de varios pozos que ya están perforados.
Los ingenieros Dante Israel Granados Vázquez, Daniela Obispo Díaz Arellano, Gabriela Santos Martinez; Julieta Hernández Ramírez y Martín Martinez Medrano presentaron el trabajo en la última edición del Congreso Mexicano del Petróleo (CMP).
