Programa Especial de Transición Energética, la estrategia integral del gobierno mexicano para honrar sus compromisos globales
El gobierno mexicano apresura los trabajos formales para dotar al país de un Programa Especial de Transición Energética 2019-2024, que le permita a nuestra nación contar con al menos un 35% de energías limpias para el final de la administración.
Además de los efectos positivos que conlleva contar con un programa de transición en el sector; también es importante este elemento para el desarrollo de la infraestructura energética. La administración lo sabe y honrará dicho compromiso para que México sea una nación en la que las energías limpias y renovables impulsen la actividad económica. Con esto, también se buscará reducir la huella de carbono de nuestro país en el mundo.
Los trabajos van muy avanzados y la publicación del plan se derivará del Programa Nacional de Desarrollo 2019-2024, mismo que previsiblemente será publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), a finales de marzo próximo. La Secretaria de Energía, Rocío Nahle, señaló que, actualmente, nuestro país ya tiene la infraestructura necesaria para producir el 30% de la energía que se consume mediante fuentes limpias.
Con esta información, el presidente Andrés Manuel López Obrador instruyó la repotencialización de las plantas hidroeléctricas, la optimización de Laguna Verde; en general, el impulso a las energías renovables. De esta forma, se espera que México alcance en breve el 5% restante para cumplir con los compromisos internacionales.
Colegio de Ingenieros Petroleros de México
Sin embargo, las metas gubernamentales son más ambiciosas, ya que uno de los objetivos prioritarios de la administración es habilitar a Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como operadores estratégicos del proceso de Transición Energética Soberana (TES). Para dicho efecto, será necesario sustituir con producción nacional la actual importación de combustibles, mediante acciones de eficiencia, mitigación y adaptación.
En este caso, es evidente una vez más el compromiso del gobierno federal para alcanzar a la brevedad posible la soberanía energética. La estrategia se complementa con un cambio planificado de la matriz energética, con una incorporación segura y económicamente viable de energías limpias y renovables.
Para lograr lo anterior, será necesaria la producción nacional de ciencia, tecnología, ingeniería, bienes de capital y equipo para la TES. Es aquí donde las actividades y los profesionales del sector energético, como electricistas y petroleros, jugarán un papel determinante. La administración está decidida a que ellos impulsen este sector estratégico para la economía nacional.