Baker Hughes, compañía estadounidense de servicios petroleros, reportó pérdidas netas atribuidas de 201 millones de dólares; lo que equivale a multiplicar por 21 los ‘números rojos’ contabilizados durante el mismo periodo del año pasado.
Por acción, Baker Hughes reportó una pérdida trimestral de 0.05 de dólar, frente a la estimación de 0.01 de dólares. Ambas cifras contrastan con las ganancias de 0.20 de dólar por acción de hace un año.
Antes de la crisis de los precios del petróleo, la firma esperaba una ganancia de 0.09 de dólar para acción para el segundo trimestre.
Los resultados son el preludio de una serie de informes próximos de las petroleras más importantes del mundo del segundo trimestre.
Los ingresos del periodo que va de abril a junio se redujeron un 21% en comparación con el segundo trimestre de 2019, hasta 4,736 millones de dólares.
De esa cifra, la mayor parte procedió de los servicios ofertados a campos petrolíferos, que cayeron un 26%, hasta situarse en 2,411 millones de dólares.
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Por otro lado, los ingresos procedentes de turbomaquinaria y soluciones de procesado fueron 1,161 millones de dólares, un 17% menos que el año anterior. El área de equipamiento para campos de petróleo se mantuvo estable con una facturación de 696 millones de dólares.
De esta forma, en el conjunto de los seis primeros meses de 2020, Baker Hughes perdió 10,411 millones de dólares; por el impacto contable de la depreciación de activos por la caída del crudo, en comparación con los beneficios netos atribuidos de 23 millones de dólares del primer semestre del año pasado. Entre enero y junio, la facturación descendió un 12.5%, hasta 10,160 millones de dólares.
