En Argentina los gastos energéticos no dejan de subir a pesar de los esfuerzos hechos por el ministro de Economía, Sergio Masa y su equipo. Han buscado hacer recortes en el gasto del Estado por medio de menores transferencias para inversiones de capital en las provincias. No se han dado suficientes resultados como para poder recortar los subsidios a la energía, los cuales han aumentado durante el año.
Argentina y sus métricas
Tan solo durante el mes de junio, las estancias a la energía demandaron $211.901 millones, generando un aumento de 77,7% interanual. Esto se traduce en una suba real (descontada inflación) de 4%.
Durante los primeros meses del año en curso se hicieron trasferencias en el Tesoro para cubrir los subsidios a la energía. Dichas transferencias representaron $922.827,6 millones. En comparación con el año anterior se puede observar el doble de gasto, siendo que el Estado había destinado $467.124,6 millones al sector.
De acuerdo con la consultora LCG, el incremento es de un 97,6%, y en términos reales, descontando la inflación, es de 24%.
Un factor que pudiera estar afectando al país y generando este descontrol es la renuncia de Martín Guzmán y el establecimiento de tres ministros distintos. A ello se suma la breve gestión de Silvina Batakis y la llegada de Massa. El Palacio de Hacienda no pudo estabilizarse y se evidenció una subejecución en los pagos.
“Durante julio, el devengado en concepto de subsidios energéticos fue prácticamente nulo pese a ser un mes estacionalmente alto: los subsidios devengados a Cammesa [la compañía con control estatal encargada de los despachos de energía eléctrica] alcanzaron los $500 millones, cuando un año atrás eran $70.000 millones. Lo correspondiente a gas ascendió a $2000 millones, cuando un año atrás representaron $11.000 millones”, analizó LCG.
También te puede interesar “Mezcla mexicana salta 4.73%; Brent regresa a los 100 dólares”
Otro factor destacable fue la tardanza de Batakis al designar a su equipo de trabajo, según Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma. “En julio se pararon sobre la caja y voló la deuda flotante, que también está limitada por el Fondo Monetario Internacional (FMI): no se pueden dejar tantas operaciones sin pagar. En la práctica, no hubo cambios de fondo en el gasto. Veremos el verdadero impacto del ajuste con el correr de los meses”, indicó.
