El presente texto aborda la transición energética en la Industria petrolera. Los Ingenieros Juan Carlos Licona Lozada, Fernando Sebastián Flores Ávila, Amando Vargas del Campo y Jorge Sánchez Moreno presentaron el trabajo en la reciente edición del Congreso Mexicano del Petróleo (CMP).
La energía representa una fuente de crecimiento económico y de desarrollo humano. El petróleo es una fuente de energía y evolución; generador de bienestar y progreso social; motor del desarrollo científico-tecnológico. Es el energético indispensable e insustituible para las sociedades modernas.
La transición energética implica una serie de cambios en la forma en que producimos, distribuimos y consumimos energía. Tiene el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para combatir de manera ordenada e inteligente el cambio climático. A través de mecanismos industriales, comerciales, tecnológicos, ambientales y humanos.
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La demanda energética de un país está relacionada directamente con su Producto Interno Bruto (PIB), con su capacidad industrial y con el nivel de vida alcanzado por sus habitantes. El consumo de energía por habitante constituye, por tanto, uno de los indicadores más fiables para medir el grado de desarrollo económico de una sociedad.
Esta condición puede comprobarse analizando los consumos de energía por áreas geográficas, donde los países con mayor consumo per cápita tienen niveles más altos de bienestar económico.
La transición energética se define como el cambio en la forma que tiene una economía para proveerse de energía primaria que requiere para su funcionamiento. La cual consiste en la actualización y reemplazo de los sistemas de producción y consumo de energía actuales.
Diversos países han planteado estrategias para cumplir con los compromisos de reducción de CO2. Sin embargo, han visto diversos factores que han impedido cumplir con los objetivos establecidos tales como los eventos externos, la pandemia del SARS-CoV-2 y el reciente conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania que han sido circunstancias que impactaron de manera directa el proceso de transición energética.
Este artículo presenta el estado del arte desde la perspectiva general de los acuerdos internacionales para la reducción de Gases de Efecto de Invernadero (GEI). Los cuales se han propuesto entre las principales economías mundiales para lograr la meta de cero emisiones de CO2 aplicándola a sus estrategias industriales comerciales y del medio ambiente.
Conclusiones
Actualmente nos encontramos en la tercera transición energética a nivel mundial. En el cual una gran cantidad de naciones y las principales economías están llevando a cabo estrategias de ahorro y eficiencia energética.
Derivado de la revisión del estado del arte se presentan los planes, estrategias tomando como base la perspectiva general de los acuerdos internacionales para la reducción de Gases de Efecto de Invernadero (GEI) que se han propuesto entre las principales economías mundiales para lograr la meta de cero emisiones de CO2 aplicándola a sus estrategias industriales comerciales y del medio ambiente.
México no se ha quedado al margen de estos esfuerzos y la política actual de gobierno involucra la participación en los temas del cambio climático. A partir del desarrollo de estrategias para la captura y almacenamiento de carbono.
De acuerdo con el lema del Congreso Mexicano del Petróleo 2025, para alcanzar las metas en materia de transición energética, la industria en México y América Latina requieren:
Eficiencia para optimizar recursos en un entorno de precios volátiles y restricciones medioambientales.
Innovación para impulsar las tecnologías emergentes y prácticas disruptivas que transforman la forma que se exploran, producen y refinan los hidrocarburos.
Sostenibilidad para asegurar que nuestras actividades satisfagan las necesidades de suministro. Y rentabilidad sin comprometer las capacidades de las futuras generaciones, en línea con los objetivos de transición energética global.
