Stantard & Poors (S&P) ratificó la nota crediticia para la deuda soberana de México, tanto en moneda local como extranjera, en BBB con perspectiva negativa.
La perspectiva está condicionada a la estabilidad de la macroeconomía y el apoyo a las empresas Pemex y CFE. México podría experimentar un ajuste de calificación el próximo año, dependiendo del apoyo extraordinario a las empresas paraestatales Pemex y CFE.
Estima que la deuda neta del gobierno se mantendrá en 46% como porcentaje del PIB entre 2021 y 2024; mientras que el pago de intereses puede representar en promedio 11.6% de los ingresos.
Asimismo, la agencia explicó que su determinación de mantener la calificación obedece a que México cuenta con un nivel de deuda bajo y estable respecto a economías similares. Además resaltó que el país tiene finanzas públicas robustas y un marco sólido de política macroeconómica; sin embargo, reiteró que el apoyo a las empresas productivas del estado podrían desestabilizar sus finanzas.
Con el anuncio de S&P han concluido las revisiones de 2021 a la calificación crediticia del país. Este año las tres principales agencias (Moodys, Fitch y S&P) ratificaron la categoría de inversión de México, es decir, ninguna la deterioró.
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S&P destacó que las políticas macroeconómicas prudentes que México ha llevado a cabo respaldan su solvencia crediticia. Asimismo, han mantenido la confianza de los inversionistas y el acceso a los mercados de capitales, incluso durante períodos de adversidad a nivel global. Del mismo modo, pronosticó un crecimiento económico de 5.8 por ciento para 2021.
La agencia considera que seguirá existiendo un control constante sobre el gasto, pese a los recursos que se destinen en los programas sociales. Asimismo, la agencia destacó que la credibilidad del Banco de México -autónomo- tiene un rol importante, así como la política monetaria de control inflacionario.