Financiamiento para energías verdes – Paola Sánchez
Recientemente, el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha enunciado que “nos enfrentamos a un código rojo para la humanidad”. Esta alerta fue con motivo del nuevo Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático. En el documento, los combustibles fósiles se mencionan en más de 200 ocasiones. ·
Por ello, es necesario considerar a las energías verdes como un amplio campo de oportunidad en el contexto actual. Este cambio se impulsa no sólo por motivos socio-ambientales, para reducir los impactos del cambio climático en las distintas geografías; sino también por la gran importancia que adquiere hoy en día el agotamiento de los combustibles fósiles convencionales. ·
Los combustibles fósiles han sido la principal desde hace décadas; sin embargo, hoy la humanidad está en un momento en el cual su exploración y explotación requieren de cada vez mayores inversiones. Incluso, el propio Secretario General de la ONU ha mencionado que el informe «debe sonar como una sentencia de muerte para el carbón y los combustibles fósiles; antes de que destruyan nuestro planeta”. De este modo, se deben motivar y acelerar los procesos de la transición energética, ya presentes desde hace décadas. Esta motivación es indispensable hoy, a diferencia de otros momentos de la historia.
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La eliminación completa del uso de combustibles fósiles y las emisiones cero se ven todavía lejanas. No obstante, los esfuerzos deben continuar dirigiéndose, por un lado, hacia el logro de la reducción de emisiones en el uso de energías fósiles y; por otro lado, a motivar e impulsar alternativas para la descarbonización y las energías verdes. Esto significa enfatizar la ruta hacia un modelo híbrido; en el cual se contemple una economía transicional en el sector energético.
Un aspecto importante en estas estrategias es considerar la relación desigual que existe entre las emisiones de gases de efecto invernadero. Particularmente las emisiones de los países industrializados, las cuales son mucho mayores; en contraste con los países que se consideran en desarrollo. Un ejemplo de lo anterior es el caso de China, con un total de 24 o 25% de las emisiones globales; a diferencia de lo emitido por México, lo cual es sólo de un 1%. ·
En este sentido, la diplomacia climática puede ser útil para fomentar las inversiones extranjeras y las áreas de oportunidad. Estos nuevos ámbitos de financiamiento deben integrar la sustentabilidad, como parte de las agendas y las negociaciones entre países; así como a las empresas comprometidas con la responsabilidad social y climática.
Financiar una economía transicional
Es necesario abrir caminos hacia una economía transicional; en donde se contemple de manera importante el financiamiento para las energías verdes. Esto permitirá generar beneficios económicos y sociales con gran potencial; sobre todo para mejorar las capacidades de generación y aquellas de la distribución de la energía en el país.
Cabe destacar que, según las estimaciones del Centro de Investigación y Docencia Económicas; un modelo económico en el cual se promuevan las energías verdes sería benéfico en varios ámbitos. Esquemas de este tipo podrían impulsar un crecimiento de la economía de México hasta en un 3.65% para el año 2035; lo cual marca una diferencia notable frente al 2.54%; que corresponde a los 20 años previos a la pandemia de COVID-19. ·
Adicionalmente, un modelo de este tipo mejoraría las estadísticas de la energía consumida en México desde las fuentes renovables; la cual fue sólo del 25% en el año 2015. Así, se observa la urgente necesidad de avanzar hacia un financiamiento para energías verdes y la transición en toda la cadena productiva de la energía. Es por esto por lo que tomar esta oportunidad, abre las puertas a aprovechar la posición geográfica y climática del territorio nacional. ·
