Las pizarras positivas predominaron en los mercados petroleros en ambos lados del Atlántico, a unas horas de la crucial reunión de la OPEP y sus aliados.
Los mercados confían que los principales productores de petróleo están listos para anunciar un recorte de producción sin precedentes, que rondaría los 10 millones de barriles diarios.
El recorte ayudaría a desahogar a un mercado sobreabastecido y apoyaría de manera gradual la estabilidad de los alicaídos precios del petróleo.
En el mercado de Nueva York, el crudo WTI ganó un 6.2% para cerrar en 25.09 dólares el baril; el crudo Brent avanzó 2.95% a 32.83 dólares el barril en Londres.
En México, según el portal de Pemex, la mezcla mexicana cerró en 17.89 dólares el barril, con una ganancia de 7.44%. El insumo mexicano, que la semana pasada se desplomó hasta los 10 dólares, un mínimo de 20 años, acumula una caída de 68% en lo que va del año.
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Las cotizaciones del petróleo y sus derivados se han desplomado más de 50% en los mercados por una caída mundial de la demanda de hidrocarburos. Las expectativas de una pronunciada desaceleración de la economía mundial por el impacto del COVID-19 ha tirado el valor de las materias primas.
Los precios del petróleo podrían estabilizarse en el mediano plazo con el apoyo conjunto de la OPEP y sus aliados. Los mercados esperan que Rusia, Arabia Saudita, Estados Unidos y Noruega caminen en la misma dirección para equilibrar al mercado petrolero.
Un acuerdo de al menos 10 millones de dólares marcaría un recorte decidido de producción; y los mercados lo tomarían como una señal de que la OPEP, y sus aliados, harán lo necesario para estabilizar al mercado.
Una reunión sin acuerdo o con reducción menor retornaría la volatilidad y podría llevar a los precios del petróleo a nuevos mínimos históricos.